Tres años sin fomento masivo de la lectura

El local del parque El Ejido (Quito) es parte de la Red Metropolitana de Bibliotecas

Uno de los tres objetivos con los que nació el Plan Nacional del Libro y la Lectura José de la Cuadra fue incentivar este hábito en el país. Los otros dos eran impulsar el desarrollo de las bibliotecas y fortalecer el sector editorial. A tres años de su creación, desde el Ministerio de Cultura y Patrimonio se reconoce que estas metas no se han cumplido.
Para el ministro de Cultura y Patrimonio, Juan Fernando Velasco, las razones de este incumplimiento de objetivos, desde el Plan Nacional del Libro, radican en que el trabajo en esta institución se enfocó en la organización de la Feria Internacional del Libro de Quito y en el libro como objeto y no tanto en la lectura. Desde el 2018 hasta la fecha, el presupuesto asignado al Plan ha sido de USD 6 948 140, 55 y el devengado de USD 5 054 063,67.
A criterio de Liset Lantigua, directora de la Red Metropolitana de Bibliotecas de Quito, otra de las razones es la falta de un acceso democrático al libro. El país sigue siendo uno de los pocos de América Latina cuyas bibliotecas públicas no prestan sus libros.
“En el país, históricamente, las bibliotecas públicas no han prestado sus libros y no existe una razón administrativa que justifique esa decisión. He escuchado que no se los presta porque la gente no los devuelve, pero esa es una justificación que no tiene nada que ver con la realidad”, sostiene.
Lantigua es una de las pocas personas en el país que sabe, de primera mano, que el acceso democrático a la lectura desde las bibliotecas sí es posible. Antes de trabajar en la Red Metropolitana dirigió la biblioteca Gabriel García Márquez, que funcionaba dentro del edificio de la antigua Unasur.