El folclor de los montuvios, visto en clave sonora

El grupo es dirigido por el músico y catedrático Yuri Palma. Foto: cortesía Yuri Palma.

El grupo es dirigido por el músico y catedrático Yuri Palma. Foto: cortesía Yuri Palma.

El grupo es dirigido por el músico y catedrático Yuri Palma. Foto: cortesía Yuri Palma.

 Desde el 2007, Los Mentaos de la Manigua recuperan y revitalizan géneros del folclor montuvio, como el amorfino, el galope, la jota y ritmos introducidos como la pol­ka, que el campesino costeño transformó desde su creatividad y apropiación rítmica.

El grupo de música de Portoviejo (Manabí), dirigido por el músico y catedrático manabita Yuri Palma, cumplió 10 años impulsando el rescate de tradiciones patrimoniales como la danza y la música campesinas.

“Tenemos en nuestra campiña manabita portadores patrimoniales, hemos podido recuperar parte de esa memoria y poner en el escenario muchas canciones montuvias, que hasta hace unos años eran desconocidas para mucha de nuestra propia gente”, sostiene Palma, guitarrista del grupo y profesor de la Universidad Técnica de Manabí.

Menciona canciones como La iguana, El gallinazo o Amorfino para casarse, que el grupo interpreta con acordeón, bongós, la tambora de cuero de saíno, guitarra y bajo eléctrico, además de vocalistas conectados con la tradición oral, que fungen también de amorfineros, con sus coplas y contrapuntos.

Palma, fundador del grupo junto con Manuel Pincay (tambora), tocaba música andina y folclor latinoamericano hasta el 2001, cuando conoció al folclorista guayaquileño Wilman Ordóñez y comenzó a indagar en sus raíces, algo que según dijo significó un cambio de percepción y le abrió el horizonte de la música montuvia. “Comencé a cantar con los niños la música campesina y luego con estudiantes de la Escuela de Educación Artística, en la universidad”, recordó el director de la agrupación.

El grupo inició su andadura años después, con base en un folleto de Manuel de Jesús Álvarez Loor, de quien les había hablado Ordóñez; Álvarez fue un músico chonero que escribió en partituras antiguas canciones del folclor campesino costeño."La idea era recuperar, poner en valor, revalorizar y revitalizar nuestros elementos identitarios, nuestro patrimonio sonoro montuvio, a menudo invisibilizado, un patrimonio que estaba entonces en estado arcaico, casi desaparecido”, agregó.

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