En esta gráfica se puede ver lo sobredimensionada que está la industria en algunas zonas. Los barcos salen del puerto pesquero de Shipu, en el condado de Xiangshan, en China. Foto: AFP
Mientras las poblaciones de peces siguen disminuyendo en los océanos, las flotas pesqueras ganan más espacio en altamar.
Cada año, estas deben recorrer mayores distancias para encontrar los recursos pesqueros, que ya fueron sobreexplotados en sus mares. La lejanía, el costo y el tiempo que demoran en llegar al otro lado del planeta ya no son obstáculos para barcos como los asiáticos, que son los más numerosos del mundo.
El reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), titulado ‘El estado mundial de la pesca y acuicultura’ (Sofia), revela que existen 4,56 millones de buques pesqueros en el mundo. De estos, 3,1 millones pertenecen a la flota asiática, que equivale al 67,6% del total de barcos que operan en los océanos.
China concentra el mayor número de embarcaciones de este grupo. En el 2013, el país llegó a su capacidad máxima con 1 071 000 barcos pesqueros. Desde ese año hasta el 2018, la flota se redujo en un 20% y, según datos del Sofia, registra 864 000 barcos pesqueros. Taiwán, Corea del Sur y Cambodia son otros de los países asiáticos que tienen el mayor número de embarcaciones motorizadas.
Milko Schvartzman, especialista en conservación marina del Círculo de Políticas Ambientales de Argentina, explica que este alto número de embarcaciones representa un peligro para la conservación de los recursos. Se estima que, actualmente, el océano alberga al doble de barcos de los que puede realmente soportar.
Según el Gobierno chino, la flota que navega desde sus costas hacia aguas distantes está compuesta por alrededor de 2 600 embarcaciones, mientras que otros estudios han estimado que el número puede ascender hasta a 17 000. Junto con Corea del Sur, Taiwán, Japón y España, China integra la lista de los cinco países que concentran el 85% de las capturas en altamar.Gran parte de su actividad la llevan a cabo en el hemisferio sur.
Schvartzman cuenta que las poblaciones de especies pesqueras comerciales del norte se han reducido drásticamente.
Por eso, las flotas asiáticas se dirigen a zonas donde pueden encontrar recursos que son demandados en el mercado internacional, al igual que productos que son requeridos por los consumidores en sus países. Además, son sitios donde se cree que hay controles más laxos o es difícil que sean supervisados.
La flota industrial china migra todos los años hacia las afueras de Galápagos y pasa por los bordes de Ecuador continental, Perú y Chile. Entre diciembre y mayo se dirige a los exteriores de la Zona Económica Exclusiva de Argentina para buscar al calamar gigante. Este animal es el alimento principal de especies como los tiburones martillo y su sobreexplotación genera impactos en todo el ecosistema marino.
Schvartzman relata que en los patrullajes que ha realizado en la ZEE de Argentina, ha logrado divisar a más de 500 embarcaciones entre chinas, coreanas, taiwanesas y españolas. El problema de estas flotas no se relaciona solo con el número de embarcaciones, sino también con la forma en la que pescan.
Mientras que los pescadores locales están obligados a respetar vedas, controles y espacios en los que no pueden realizar capturas, este especialista afirma que las grandes flotas extranjeras no lo hacen. Esto puede llevar a que los recursos en esta zona continúen disminuyendo.
Según el reciente informe Sofia, alrededor del 34,2% de las poblaciones de peces del mundo se capturan actualmente a niveles más allá de la sostenibilidad biológica.
Las pesquerías menos sostenibles fueron registradas en el mar Mediterráneo y en el Mar Negro, donde el 62,5% de las poblaciones están sobreexplotadas. A este le sigue el Pacífico sudoriental (54,5%) y el Atlántico sudoccidental (53,3%).
Para Maximiliano Bello, asesor ejecutivo de la organización internacional Mission Blue, el subsidio que otorgan países como China a sus flotas es uno de los mayores causantes de la sobrepesca no solo en sus mares, sino en todo el planeta.
Un estudio realizado por Enric Sala, investigador de National Geographic, revela que el 54% de las capturas en altamar no sería rentable sin la ayuda de los gobiernos, que cubren algunos costos de esta industria.
La nación que, según la investigación, otorga los mayores subsidios a sus flotas que operan en aguas internacionales es Japón, seguida de España, China, Corea del Sur y de los Estados Unidos. Sin estas ayudas oficiales, asegura Bello, no existiría la pesca de estos países en aguas que son lejanas a sus costas.