20 000 firmas por la no extradición del joven ecuatoriano Diego Puma

Manifestantes demandan que no se deporte al ecuatoriano detenido en EE.UU. Foto: Twitter Consulado de Ecuador en Nueva York

La organización Care2 Petitions, creada para congregar a activistas de todo el mundo y realizar demandas en línea, ya tiene 20 144 firmas de las 25 000 que requiere para pedir que se detenga el proceso de deportación que vive el ecuatoriano de 19 años, Diego Puma.
Estudiante de Ossining High School, en Westchester (Nueva York), a punto de graduarse y próximo a celebrar su ‘prom’ (fiesta de graduación), fue detenido el 8 de junio y está encerrado en un centro de detención estatal por la Oficina de Servicios de Inmigración y Aduanas (ICE, por las siglas en inglés). Por orden del juez, está en compañía de su madre, Rosa Macancela, quien fue detenida la víspera.
Fue “arrestado por agentes de inmigración en el día del ‘prom’. Buscaba asilo en el país por el miedo de las pandillas violentas en su nativo Ecuador”, dijeron el lunes miembros de Neighbors Link, una organización dedicada a los derechos de los inmigrantes en EE.UU.
La madre y su hijo fueron detenidos por ICE en el 2014 al cruzar la frontera con México. Allí pidieron asilo y se los permitió quedarse en Estados Unidos hasta que la Justicia determinara su futuro. El 16 de noviembre, la Corte Federal de Inmigración firmó la orden de deportación.
Según relató la prima de Puma, Gabriela Macancela, a El Diario, un periódico en lengua castellana con mayor acción en la comunidad portorriqueña, “a Diego se lo llevaron el jueves a las 07:30 de la mañana, y se lo llevaron como si fuera un criminal”.
La alcaldesa de Ossining, Victoria Gaerity, quien dijo ser testigo de la detención, se refirió a esta como “Inquietante y sorprendente”, según el medio Lohud.
“Despiértate. La Policía está aquí otra vez. Vienen por mí”, le había dicho Puma a su prima.
“Agarraron la puerta a golpes y me llamaron a mi celular y me dijeron que si no entregábamos a Diego, nos iban a llevar a todos y todos íbamos a pagar, y que teníamos solo media hora. Mi primo escuchó, me abrazó y me dijo ‘ya me voy, dile a papi que agarre los perros’ (que había sacado a pasear antes). Se entregó para que no nos agarraran a ninguno de nosotros”, añadió Gabriela Macancela a El Diario.
El caso de Puma llegó al Congreso de Estados Unidos. La demócrata Nita Lowey pidió oficialmente una suspensión de la orden al ICE bajo el concepto de que “tendrá un efecto escalofriante” en las relaciones comunitarias con los inmigrantes.
El padre del joven, Carlos Puma, también habló para El Diario y contó la mala experiencia que tuvo con un abogado para solucionar el problema de su esposa y de su hijo. “Teníamos un abogado que nos acompañaba, pero en las primeras dos citas no nos dijo nada. Y en la última tampoco nos explicó nada. Creí en las palabras de mi abogado, confié mucho en él, pero ahora estoy en esto. Destrozado, sin familia y con mucho miedo”.
Y miedo parece difundir el ICE. Thomas Homan, su director, no tuvo empacho en decir que los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos si está indocumentado “deben estar preocupados porque van a ser detenidos” y deportados.
Pero lo más grave fue cuando Homan se refirió al hecho de procesar a indocumentados aunque no fueran criminales o amenaza alguna para la seguridad estadounidense. “La mayor parte de los extranjeros criminales que encontramos en Estados Unidos, entraron al país siendo no criminales”, dijo. Y luego añadió: “Si esperamos a que violen la ley o cometan un delito contra un ciudadano de este país, entonces ya es demasiado tarde”, dijo. “No debemos esperar a que se conviertan en un criminal”, finalizó.