Las fiestas del Arcángel San Miguel atrajeron a cientos de fieles a Salcedo

Capariches, los payasos, los ashangueros o tiznados, la vaca loca, los curiquingues

Capariches, los payasos, los ashangueros o tiznados, la vaca loca, los curiquingues

Capariches, payasos, ashangueros y curiquingues fueron parte de la celebración: Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO 

La imagen del Príncipe San Miguel recorrió las calles y avenidas céntricas del cantón Salcedo, en la provincia de Cotopaxi, ante la algarabía de cientos de devotos que con bandas de música, danzantes, bailes y petardos rindieron homenaje al patrono de esta ciudad.

La celebración se cumplió hoy, jueves 29 de septiembre del 2016. Los fieles llegaron de Latacunga, Pujilí, Saquisilí, Ambato, Riobamba y otras urbes del país. Los tradicionales persones de la Mama Negra como el Abanderado, el Rey Moro y el Ángel de la Estrella participaron de la celebración.

Les seguían los capariches, los payasos, los ashangueros o tiznados, la vaca loca, los curiquingues. Además, los chagras, las cholas, los negros, los caporales y más personajes que mantienen viva esta festividad ancestral, cuenta Héctor Gutiérrez, alcalde del cantón y prioste.

La delegación del barrio Ilimpucho representó la fiesta de la vaca loca. César Laguaquiza explica que en su sector mantienen este festejo. Está confeccionada con madera, en una estructura similar a un triángulo, buscan los cachos para ubicarles en la cabeza y adornan con papeles de colores. “Estamos trabajando con lo niños para recuperar esta tradición”.

Este año, la organización estuvo a cargo del barrio San Antonio I, la escuela de conducción San Miguel Drive, los jefes departamentales del Municipio de Salcedo, el barrio Anchiliví y el club social, cultural y deportivo Amazonas, que fueron los priostes principales.

El desfile inició en los exteriores del templo hasta la plaza Eloy Alfaro, ubicada al oriente de la urbe. Allí los sacerdotes de la provincia realizarán una misa de acción de gracias. Los fieles llevaban imágenes del santo para ser bendecidas.

Gustavo Plaza, otro de los devotos, mostró a los ashangas que a sus espaldas llevaban grandes estructuras de madera decoradas con gallinas, cuyes, conejos y un cerdo. “Es una ofrenda con que demostramos nuestra fe y devoción hacia el Príncipe San Miguel, es una tradición de la provincia”.

La imagen religiosa llegó de Roma (Italia) en el siglo XV. La figura representa a uno de los siete arcángeles de la religión católica. Está revestido con una armadura de general romano y en una de sus manos lleva una espada que amenaza al denominado demonio o dragón.

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