Niños, jóvenes y adultos serán parte de una gran orquesta para la tercera edición del Festival Quito Cellos en la Casa de la Música, en Quito. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
La tercera edición del Festival Quito Cellos empieza este 9 de julio del 2018 con su ciclo de conciertos. El encuentro logra madurez y alcanza nuevas audiencias cada año. Iván Fabara, chelista y miembro del Ensamble de Cellos Prieto, es uno de los organizadores del festival.
Para él, el interés se refleja en la acogida del público, pero también en los músicos que se interesan en participar. En el 2017 llegaron 30 chelistas y este año la convocatoria se cerró con más de 50 músicos que estarán en escena. Contó que también llegarán dos importantes maestros y músicos.
Se trata de Germán Marcano, un reconocido chelista venezolano que reside en Estados Unidos. Él será uno de los directores de la orquesta durante las presentaciones. También dará un concierto como solista y otro como parte del Ensamble de Cellos Prieto. Este lunes 9 de julio compartirá escenario con el pianista ecuatoriano Andrés Torres.
El otro invitado es Yegor Dyachkov, un maestro chelista ruso que estudió y se dio a conocer en Canadá. Dará clases a los chelistas inscritos en los talleres y se presentará como solista este miércoles 11.
Cerca de 10 jóvenes tendrán la oportunidad de presentar una pieza como solistas durante un concierto especial este martes 10 de julio.
Finalmente, el jueves 12 de julio se realizará el concierto de clausura donde se presentará el Ensamble de Cellos Prieto y sus alumnos. También contarán con la presentación de la cantante ecuatoriana María Tejada. Todos los conciertos serán a las 20:00.
El festival también busca acercar la música académica a la ciudadanía. Para lograrlo tienen preparado un repertorio de temas clásicos, canciones ecuatorianas y latinoamericanos de distintos géneros.
Como parte de las actividades privadas del festival se desarrollaron talleres desde el sábado 7 de julio para niños, adolescentes y jóvenes músicos. Estos cursos constituyen una preparación complementaria para mejorar su desempeño.
Se dictó un taller de yoga para músicos, expresión corporal, teatro, tai chi y faldenkrais.
Este último es un sistema de educación somática que utiliza el movimiento consciente para buscar patrones de movimiento eficientes y, sobre todo, sanos. También ayuda a mejorar la postura y afinar habilidades motrices.
“Si no sabemos bien cómo manejar nuestro cuerpo, nuestras emociones y cómo enfrentar la escena, nuestra carrera se puede ver perjudicada”, apunta Fabara. Los movimientos repetitivos que realizan los músicos provocan lesiones que afectan su desempeño. Por ello la formación integral de los músicos es parte fundamental del festival.