El escritor sudafricano J. M. Coetzee estuvo en la segunda edición de la Feria del Libro de Guayaquil. Foto: Archivo EL COMERCIO
La Feria Internacional del Libro de Quito y la de Guayaquil se han convertido en los espacios de venta de libros y promoción lectora más visitados en el país. En el 2016, 120 mil personas visitaron la FIL de Quito y 25 mil la FIL de Guayaquil; esta última inaugurará su tercera edición el próximo miércoles 6 de septiembre de 2017.
Con solo tres ediciones, contando la del 2017, la FIL de Guayaquil ha logrado consolidar su gestión. El año pasado dentro de la programación se incluyó una charla magistral contra la censura, a cargo de J. M. Coetzee, premio Nobel de Literatura 2003. Este año uno de los escritores invitados será el cubano Leonardo Padura, quien ganó el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015.
Cecilia Ansaldo, directora del Comité de Contenidos de la FIL de Guayaquil, explica que para armar la programación de la feria se apunta a escritores que son parte del círculo de interés de los lectores de la ciudad. “La mayoría son autores referidos por los clubes de libros, por sus premios recientes o por su presencia en las librerías”, dice.
Esta catedrática y crítica literaria agrega que una de las fortalezas de la FIL de Guayaquil es la participación de Expoplaza, una empresa especializada en la organización de ferias y que está encargada, entre otras cosas, de conseguir auspicios y manejar las relaciones públicas con las librerías.
A criterio de Adelaida Jaramillo, una de las promotoras de lectura más activas de Guayaquil, entre los factores que han ayudado a la consolidación de la FIL de Guayaquil está la prioridad que se le ha dado al contenido de la programación, que cuenta con la presencia de escritores con propuestas literarias interesantes y que retan a las personas a leerlos. “Creo que se ha logrado una feria -dice- con gran convocatoria a escala nacional sin la necesidad de presencias accesorias, como la de los youtubers”.
Para la tercera edición de la FIL de Guyaquil se ha confirmado la participación de 14 escritores extranjeros entre ellos la autora peruana Gabriela Wiener, el boliviano Edmundo Paz Soldán, el colombiano Juan Gabriel Sánchez y el autor español Álex Grijelmo.
La FIL de Quito, que este año celebra su X edición, es la otra faz de la gestión en este tipo de eventos. El estand de Cuba, el país invitado del año pasado, es el mejor ejemplo de la situación de la feria en esta década. Los 110 metros cuadrados que lo convertían en el más grande del recinto, estuvieron ocupados en buena parte con libros ajados de matemáticas, contabilidad, inglés e historia.
Emilia Andrade, promotora de lectura y parte de la Asociación Ecuatoriana del Libro Infantil y Juvenil Girándula, sostiene que la inestabilidad de las autoridades del Ministerio de Cultura y Patrimonio es lo que más ha perjudicado a la consolidación de esta feria. “También está el desconocimiento sobre el trabajo de los diferentes actores del sector y la falta de una ley que ampare al libro. Creo que prima esta idea de las autoridades de turno de intentar algo nuevo para demostrar que han hecho algo”.
Fabián Luzuriaga es una de las personas que más sabe de los entuertos de la FIL de Quito. El expresidente de la Cámara Ecuatoriana del Libro concuerda con Andrade y añade que desde que el Ministerio es parte de la organización, en la feria se priorizaron las actividades culturales. “En esta década -dice- tuvimos 10 ministros y cada uno llegaba con una idea distinta. Nadie tenía una línea clara de trabajo”.
Otro de los problemas de esta feria ha sido la falta de una sede. En esta década la FIL de Quito ha deambulado por toda la ciudad, desde el Palacio de Cristal del Itchimbía hasta el parque Bicentenario, pasando por la Casa de la Cultura. Luzuriaga cuenta que la Cámara firmó este año un acuerdo con el Municipio para que el Bicentenario sea la sede de la feria durante cinco años, a partir de la edición del 2017.