Felipe Troya redescubre a la tía ‘Toty’

María Rosa Rodríguez, modelo, actriz y cantante ecuatoriana, fue conocida en el mundo del espectáculo como ‘Toty’ Rodríguez.

María Rosa Rodríguez, modelo, actriz y cantante ecuatoriana, fue conocida en el mundo del espectáculo como ‘Toty’ Rodríguez.

María Rosa Rodríguez, modelo, actriz y cantante ecuatoriana, fue conocida en el mundo del espectáculo como ‘Toty’ Rodríguez. Foto: Cortesía León Felipe Troya y Eduardo Terán /EL COMERCIO

Para el director León Felipe Troya no puede haber una extensión artística que no atraviese primero por una dimensión humana.

Eso es lo que propone el documental ‘Mi tía Toty’, una película sobre la vida de la modelo, cantante y actriz ecuatoriana María Rosa Rodríguez, que tendrá su estreno mundial el próximo sábado 28, en la gala especial dentro del Festival Encuentros del Otro Cine (EDOC) 2016, en el Teatro Capitol.

Un personaje poco conocido entre las nuevas generaciones, dice Troya, para quien su propia tía se ha convertido en un mito, entre historias de reinados, viajes y escenarios a los que se suman intensas historias sentimentales, comprometidas militancias y apasionadas vocaciones.

María Gabriela Troya, hermana del director, fue una de las primeras personas en incitarle a hacer una película sobre la tía ‘Toty’. La insistencia llegó por el lado de dos amigos cineastas (Juan Martín Cueva y Francois ‘Coco’ Laso), con quienes trabajaba en un proyecto que se interrumpió inesperadamente.

Fue ese el momento que dio paso al proyecto de ‘Mi tía Toty’, el primer largometraje cinematográfico de Troya como director, cuyos primeros registros audiovisuales datan del 2009.

Desde entonces, el filme ha sido un ejercicio de resistencia y persistencia financiado exclusivamente con fondos privados. Rodríguez aceptó, complacida, ser la protagonista de su propia historia, en la que también aparecen familiares y amigos que terminan de componer el retrato de un personaje entrañable y humano.

Un filme “existencial”, que adopta la forma de un documental donde el humor y la tragedia, las virtudes y los defectos, la mujer y la artista se intercalan a partes iguales, según la visión de su propio autor.

Con más de 100 horas de registros fílmicos acopiados durante casi siete años, en colaboración con ‘Coco’ Laso, era momento de darle forma al filme.

El director se puso como plazo la decimoquinta edición de los EDOC, pues quería que su película se estrenase en un festival donde él mismo ha vivido parte de su formación como cinéfilo y cineasta.

Llevando la relación médico paciente al cine, un director no puede intervenir directamente en una obra que tiene como protagonista a un familiar.

Troya buscó en Carla Valencia esa mirada externa que necesitaba el proyecto, para configurar una cinta que, sin abandonar el tono íntimo del personaje, también revelara la forma de vida en una época de importantes cambios culturales y sociales en el Ecuador y en el mundo.

Una historia de vida y registro de una época que busca despertar inquietudes sobre el paso del tiempo y las decisiones que pueden cambiar el destino.

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