Eduardo Castro, Municipio de Cayambe, Erlinda Pillajo, finca El Laurel, Xavier Lasluisa (jurado) y Jaime Pallares. Foto: Cortesía
La fanesca elaborada con alimentos cultivados sin químicos es más sabrosa. Así aseguran los comensales que han saboreado este plato tradicional elaborado en Molino San Juan Hacienda, de Cayambe, en Pichincha.
Es una receta de 135 años de tradición en la familia Jarrín y sus descendientes, asegura Jaime Pallares, gerente de este establecimiento turístico.
Al parecer, la tesis tiene sentido. Esa fanesca -con historia ha sido calificada- como la mejor fuera de la ciudad Quito, en los dos últimos años.
Los galardones los entregó Quito Turismo en el certamen El lado dulce de la Fanesca, que califica a las mejores fanescas y postres de esta época.
La edificación de la hacienda en donde está el viejo molino fue rehabilitada para ofrecer hospedaje y alimentación. En el antiguo establo de paredes de tierra con paja de heno resaltan unos cuadros con los reconocimientos gastronómicos, que le han dado fama.
Ahora buscan ganar el tercer galardón. El 24 de marzo del 2019 pasado se hizo la calificación del platillo, cuya elaboración estuvo a cargo de María Felisa Coral, chef del establecimiento.
La selección de ingredientes se realizó siguiendo al pie de la letra la receta original de Enriqueta González Llaguno. Uno de los plus es que los ingredientes se adquieren a productoras como Erlinda Pillajo, de la finca agroecológica El Laurel, en la comunidad kayambi Santa Clara (Pichincha).
La idea es mantener las raíces de la cocina quiteña con antiguas recetas familiares y prácticas de gastronomía sostenible, comenta Pallares.
La iniciativa de utilizar alimentos cultivados libre de químico se enmarca en la filosofía de Molino San Juan. “Utilizar productos orgánicos y sistemas alimentarios que fomenten una dieta diversificada”.