Familiares y amigos de personas con cáncer lanzaron globos con mensajes para sus familiares fallecidos. Este evento fue organizado por la Fundación Jóvenes contra el Cáncer. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
El primer globo se soltó por descuido; antes de la hora indicada. Se elevó despacio desde la Plaza República, en el centro de Quito. Un centenar de personas miró cómo se alejaba. Los jóvenes dudaron unos segundos. No sabían si el momento de soltar los suyos había llegado. Pero Gustavo Dávila, presidente de la Fundación Jóvenes contra el Cáncer, los abordó a tiempo. Faltaban pocos minutos.
Él y los otros familiares de las personas que han fallecido con cáncer, o que padecen la enfermedad, estaban pendiente de los relojes en la pantalla de sus teléfonos móviles. Esperaban que sea la 13:00 de este 23 de agosto.
A la misma hora, en 11 ciudades del Ecuador y otros 5 países, se soltaron los globos, con pequeños papeles blancos amarrados a sus hilos. Eran cartas de un padre, de un hermano, de un tío… dirigidas a los guerreros; a quienes conviven con la enfermedad.
Fue un espacio íntimo, de reconciliación. La oportunidad para decir lo que, por cualquier motivo, no se dijo en su momento. Un te amo, por ejemplo, un te extraño, un no te olvido. Un estamos aquí; rindiendo honor a la lucha que hiciste, para vivir con dignidad esa enfermedad
Familiares y amigos de personas con cáncer lanzaron globos con mensajes para sus familiares fallecidos. Este evento fue organizado por la Fundación Jóvenes contra el Cáncer. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Y es que ahora… “las personas con cáncer o sus familiares ya no nos ocultamos en las casas o nos perdemos en la pena”. Hoy -comenta Dávila- decimos sí, tengo cáncer y trabajo. Tengo cáncer y estudio, tengo cáncer y bailo, tengo cáncer y ayudo a los demás. Tengo cáncer… ¡Y!
Dávila lo recordó, en memoria de su hijo que falleció hace seis años. Fue la inspiración para organizar, cada año, las cartas al cielo. Este 2014, los primeros globos lanzados fueron de color blanco. Representaban a quienes se fueron para estar con los ángeles. Los amarillos, como el que se soltó antes de tiempo en la Plaza República; en cambio, simbolizaban a los que aún enfrentan el cáncer: los guerreros.