La instalación acústica site-specific de Mesías Maiguashca, Yakushimi, fue parte del ciclo que la Fundación Museos de la Ciudad le dedicó a Maiguashca en el 2014. Así lucía la obra en ese año. Foto: Facebook/ Fabiano Kueva.
Con dos fotografías, una de hace casi tres años y otra tomada esta semana, el artista Fabiano Kueva denunció, en su página de Facebook, el desmantelamiento de Yakushimi, la instalación acústica site-specific de Mesías Maiguashca, que fue creada para el Yaku Museo del Agua, en el 2014.
Yakushimi fue parte del ciclo que la Fundación Museos de la Ciudad le dedicó a Maiguashca y en el que también estuvieron La Canción de la tierra (2013), en el Itchimbía, y Los sonidos posibles (2013), en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC).
La muestra que montaron Kueva y Maiguascha fue pensada para que permaneciera en exhibición durante tres años, tiempo que se cumplirá entre junio y julio del 2017. “Fue una obra específicamente pensada y diseñada para esa sala -dice Kueva-. Después del montaje, hicimos un pequeño protocolo técnico de las cosas de la obra que podían ser retiradas sin que la obra perdiera su sentido”.
Yakushimi es una obra que originalmente tenía una pista sonora a 14 canales conectadas a parlantes, dos islas de audio que venían con audífonos, con mesas para sentarse, cuatro proyecciones de video y paneles informativos donde se decía en dónde se habían hecho las grabaciones de agua. “Lo que se acordó en el protocolo es que lo que se podía eliminar eran las proyecciones de video”, dice Kueva.
Lo que encontró en su última visita, este lunes 16 de enero, para realizar un registro visual de la obra, es que se habían eliminado las proyecciones de video, los paneles informativos donde se decía en dónde se habían hecho las grabaciones de agua y las bancas con los audífonos.
La instalación acústica site-specific de Mesías Maiguashca, Yakushimi, fue parte del ciclo que la Fundación Museos de la Ciudad le dedicó a Maiguashca en el 2014. Así luce la obra en ese año. Foto: Facebook/ Fabiano Kueva.
“La obra así ya no funciona. Lo que hay en este momento son los parlantes y encima la obra de una artista suiza. Lo que vamos hacer es redactar una carta formal para que nos expliquen por qué no se nos pidió soluciones museográficas”.
Andrés Palma, Coordinador del Yaku, subraya que Yakushimi al ser una instalación sonora se planteó, desde un inicio, como una obra que podía convivir con otras exposiciones. “Hemos tenido algunas exposiciones fotográficas y científicas y yo no diría que hay un desmantelamiento de la obra porque la instalación sonora está ahí y a la gente que entra a la sala se le comunica que hay dos muestras”.
Palma comenta que sería bueno entablar un diálogo con los artistas para explicarles que las dos muestras están conviviendo y que han tenido buena aceptación del público. En un comunicado publicado, hoy 17 de enero, agrega que en Yaku siempre se valoran las observaciones y sugerencias como instrumentos de permanente enriquecimiento y que la muestra ha sido visitada por 320 000 personas.
“Yaku no es un Centro de Arte Contemporáneo -dice Palma-. Desde el principio supimos que el diálogo con el arte contemporáneo serviría para el trabajo educativo que hacemos en este espacio”. Kueva sostiene que en el documento que están redactando se pedirá al Yaku que se retire la obra porque, en su estado actual, ha perdido todo su sentido.