Obras de Iza Páez (atrás) y de Darwin Fuentes (adelante). Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.
Cada junio se celebra el mes del Orgullo Gay, y en ese mes, desde hace seis años, en Quito se hace una convocatoria que busca obras en las que se reflexione sobre el ser Lgbtiq+ y las sociedades actuales. Este 2018, el tema invita a pensar en un mundo utópico. El llamado recibió 70 carpetas. 16 propuestas fueron seleccionadas para ser expuestas en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC, en la calle Montevideo y Luis Dávila).
La inauguración fue la noche del jueves, 12 de julio, con dos performances. El primero, a cargo del artista cubano Carlos Martiel, se inició después de las palabras de bienvenida de Belén Santillán, coordinadora del CAC; Eduardo Carrera, curador de la exhibición; y Andrés Palma, director de la Fundación Museos de la Ciudad.
Martiel trabaja con su cuerpo para criticar la violencia de las sociedades contemporáneas. En esta muestra presentó ‘Línea imaginaria’, que denuncia el maltrato y la deshumanización en las clínicas de deshomosexualización. El artista permaneció desnudo, inmóvil, atrapado tras un alambre de púas y expuesto ante el público que evitó verlo frontalmente o pasar de cerca.
Más tarde, Esperanza del Valle y Chakala, de Ecuador, presentaron un performance sonoro y lumínico. Las dos demostraciones en vivo tenían fecha única, aunque los visitantes podrán apreciar los registros fotográficos y en video.
Los otros 14 títulos, expuestos en los pabellones 3 y 4 del antiguo Hospital Militar, recorren documentos históricos, trabajos actuales (del 2000 al 2018) y obras audiovisuales que exploran futuros distópicos y utópicos.
“La palabra utopía se refiere a una sociedad ideal. Nos permite pensar en la posibilidad de un nuevo mundo, sin segregaciones, sin violencias”, explica Carrera.
El recorrido comienza con la puesta en escena de un archivo de 1997 y 1998, recopilado por Leticia Rojas, que refleja la lucha por la despenalización de la homosexualidad. “Salgan del clóset, únanse a la marcha” citó Diario EL COMERCIO en una publicación del 29 de junio de 1998. También hay títulos de periódicos ecuatorianos que muestran las detenciones a gays y transexuales y que hablan de actos “sodomitas”.
Frente a las copias de las viejas publicaciones están las imágenes de Guayaqueer City, una propuesta que se apropia de palabras como marica para quitarles la connotación negativa y que usa imágenes de la cultura popular ecuatoriana para reinterpretarlas desde la visión queer y contestataria.
En ese mismo pabellón, el 3, está la videoinstalación ‘Deseos’ del colombiano Carlos Mota, que muestra la correspondencia de dos lesbianas, una en Colombia y la otra en Beirut, en 1800.
“Lo interesante de la muestra es el salto del tiempo que existe de 1800 al 97 y después al presente”, dice Carrera. Además, el futuro está presente en la ficción del artista brasileño Luiz Roque con su distopía ‘Heaven’. Basada en 1980, la década en la que apareció el VIH, este trabajo audiovisual hace un salto de 100 años para develar la creación de un virus creado por el gobierno, que busca eliminar a la comunidad trans.
En la sexta edición de la exposición también participan los artistas ecuatorianos Darwin Fuentes, Carlos Vargas, Pamela Pinto, Wilber Solarte, Stephano Espinoza, Rubén Díaz, Sam Romero, y Diego Velasteguí. Además, exponen Jonathan Villar (Argentina) y Kasumi Iwama (Japón).
“Lo Lgbtiq+ siempre ha estado vinculado con lo blanco, europeo o estadounidense. Desde el Centro de Arte pensamos que el reconocerte en un museo es importante”, reflexiona Carrera. Por ello, en la muestra hay artistas y representaciones desde lo latino, afrodescendiente e indígena.