Luis Alberto Chenche, premio París de la Bienal de Cuenca 2016, abrió una muestra en la Galería Mirador de Guayaquil. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.
En un ejercicio que asume como pintura expandida, Luis Alberto Chenche atraviesa en la bóveda central de la Galería Mirador enormes puntales de madera apolillada, cuerdas, trozos de pared y el propio polvo de la instalación, como si los trazos de su dibujo fueran las viejas y gruesas vigas de mangle de casas demolidas del centro de Guayaquil.
El ejercicio implica que en vez de resolver la obra con pigmentos en un lienzo, invita a la gente a transitar por los puntales atravesados del suelo al techo y a ser partícipe de la experiencia corporal del artista: un año deambulando y documentando demoliciones en añejas construcciones de la ciudad.
“Trato de compartir esa experiencia, haciendo que el público recorra y sienta el vértigo alrededor de estos mangles de aspecto potente”, explica Chenche. “La idea surgió de mis caminatas por el centro y de la pregunta sobre ¿cómo potenciar de forma poética estas demoliciones que iba encontrándome en el camino?”.
La exposición ‘En-Demolición’, abierta en la galería de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, resuelve desde diversos medios artísticos las demoliciones que presenció en siete ubicaciones del centro. Son siete obras en video, instalación, collage con fotografía, impresión sobre aluminio o papel calco.
Se trata de una forma de referir y señalar el proceso de transformación de una ciudad que muere y una que renace sobre sus ruinas, en un sector céntrico del Puerto Principal que cuenta con edificios patrimoniales en franco deterioro.
Si la instalación ‘Levedad’, que emula una demolición con su desorden de vigas de madera, se refiere a la ciudad que queda atrás, en ‘Estructural’ queda patente las sombras de la arquitectura que reemplaza a esas edificaciones derruidas: a menudos frías fachadas con perfiles de aluminio y vidrio.
La obra consta de una serie de impresiones en aluminio. Por la rugosidad del metal, las líneas de las edificaciones parecen talladas en plata -como negativos- sobre un fondo oscuro. Pero la deformidad también está presente en la obra.
Chenche explica que cada pieza de ‘Estructural’ une los perfiles de cuatro edificios con sus partes altas en las cuatro esquinas, una imagen sin base que la convierte en una masa caótica. “Hago del ideal de progreso una masa deforme”, dice el artista de 30 años. “Hay un señalamiento a los procesos urbanísticos de la ciudad, una mirada crítica sobre este tipo de transformaciones”.
El artista, que en el 2016 obtuvo el Premio París de la Bienal de Cuenca y un año después expuso su proyecto de residencia artística en la capital francesa, explicó que partió para la muestra del concepto de liminalidad, introducido en el libro ‘Ritos de paso’ (1960), por el etnógrafo francés Arnold Van Gennep.
La liminalidad hace referencia a un estado fronterizo, a “estar en un umbral, entre una cosa que se ha ido y otra que está por llegar”, como en una demolición. Ese eje transversal atraviesa los conceptos de cuerpo, espacio y ruina.
‘Estatus atemporal’ recoge el registro fotográfico de “instalaciones efímeras” que Chenche construyó con los restos de las edificaciones en los sitios de demolición, como en un dibujo expandido o en un ejercicio escenográfico, a partir de las ruinas.
Las fotografías impresas en papel calco –visibles por sus dos lados– forman un tríptico enmarcado en madera y dispuesto de forma zigzagueante, que invita a rodearla. “Como en la obra con las vigas de madera, los conceptos de cuerpo, espacio y ruina vuelven a entrar en juego –anota el autor–, porque la obra de obliga a recorrer, a darle la vuelta”.