Una exploración del dolor desde el mundo del arte

La artista SaraRoit­man, en la inaugu­ración de la muestra ‘Rupturas’. Foto Eduardo Terán/EL COMERCIO

La artista SaraRoit­man, en la inaugu­ración de la muestra ‘Rupturas’. Foto Eduardo Terán/EL COMERCIO

La artista Sara Roit­man, en la inaugu­ración de la muestra ‘Rupturas’. Foto Eduardo Terán/EL COMERCIO

‘Hablemos del dolor (título temporal)’ es un proyecto de largo aliento, que la artista Sara Roitman empezó el 1 de enero del 2016 y que concluirá el 1 de enero del 2017.

Un proyecto interdisciplinario e itinerante, curado por Hernán Pacurucu, que ya ha presentado cuatro actividades en Quito y una en Cuenca.

La última de estas exhibiciones fue ‘Rupturas’, que se inauguró el 31 de mayo, en Z Life Style Gallery. Una instalación de textos y fotografías que, a través de una puesta en escena en un pasillo largo y negro, enfrenta a los visitantes al dolor de las rupturas amorosas y familiares.

‘Nunca me pediste perdón’, ‘Me abandonaste’, ‘No me siento culpable, pero me duele’... En ‘Rupturas’, muchas de estas frases acompañan a imágenes de personas cuyos rostros son indescifrables.

En esta muestra, el dolor se hace visible a través de la intimidad; algo que pocas veces se dice pero que resulta universal, el abandono.

En ‘Hablemos del dolor’ se ha reflexionado sobre el luto, la violencia de género, la pérdida material y sentimental.
En abril, Roitman presentó ‘Kadish’, una instalación con ropa, zapatos, textos y fotografías inspiradas en una oración de duelo en arameo, que se reza en público y cuyo origen es judío; la señal fundamental de amor y respeto que una persona da a aquellos que han fallecido.

Para Roitman, esta instalación fue una forma de conmemorar a las personas que fallecieron en el terremoto del 16 de abril. Esta instalación, que se exhibió en un local vacío en la avenida González Suárez, en el norte de Quito, tuvo como lema: “Esta­mos de luto, que el arte sea nuestro punto de encuentro”.

La huelga de las camiseras que fueron encerradas e incendiadas por reclamar sus derechos laborales, en Nueva York, en 1911, inspiró a la creación de ‘Violencia no’, obra que fue presentada en Cuenca, en marzo.

En una valla publicitaria, en la avenida Unidad Nacional y Padua, las extremidades de una muñeca descuartizada fueron colocadas en la rueda de un llavero.

Aquí la metáfora hacía alusión al sentido de propiedad que se tiene, por parte de la sociedad, sobre las mujeres; sobre sus cuerpos, sus vidas y sus sentimientos. La muestra también conmemoró el Día de la Mujer.

Una de las primeras muestras de ‘Hablemos del dolor’ fue ‘Presente perfecto’. Esta exhibición se realizó en el taller de Roitman, en Quito. Este espacio sufrió una inundación en diciembre del 2015 y quedó destrozado.

Para esta muestra, Roitman trabajó con fotografías e invitó a un grupo de artistas, curadores y personas interesadas en el arte para presentar el proceso del proyecto. La idea de la artista fue que se critique, se opine y se interactúe sobre la obra de arte.

Esta exploración por los diferentes estados del dolor empezó con ‘Sueño vacío’, un objeto ‘ready made’ y una placa conmemorativa que fueron instalados en enero, en los exteriores del Pobre Diablo. ‘Rupturas’ estará abierta en Z Life Style Gallery durante todo junio y julio.

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