Si verdaderamente hay algo que dura toda la vida, es un tatuaje. De ahí que al elegir un diseño, lo ideal es analizarlo detenidamente y realizárselo con un profesional certificado, ya que estará en la piel para siempre.
Sin embargo, muchas personas han tenido experiencias negativas al momento de plasmarse un diseño en la epidermis.
Varios factores inciden en estos casos. Aunque la mayoría tienen que ver con tatuajes realizados por personas inexpertas o con equipos caseros, que generalmente, no permiten marcar los detalles adecuadamente. Y por ende, el tatuaje no quedará del todo bien.
Eddie Pérez, tatuador profesional y propietario del local Punto 88, comentó que muchas personas tienen un tatuaje hecho durante su adolescencia, principalmente, en un momento de euforia o “locura”. La mayoría de estas obras son hechas con tinta china y agujas de coser.
Esto se explica por la relativa facilidad que implica construir una máquina casera. Se necesita un lapicero, un motor de carro de juguete y agujas. Pese a esto, la precisión, las sombras y los detalles más pequeños de un tatuaje no quedarán bien con este tipo de accesorios.
Pero incluso tener una máquina profesional para tatuajes, no es garantía de que se obtendrá un buen diseño.
Para tener un tatuaje agradable a la vista y bien realizado, lo primordial es la experiencia, habilidad y destreza del tatuador.
Otros casos comunes, según Pérez, son los tatuajes con nombres de parejas, novios o esposos. El artista recomienda no realizarse este tipo de obras, ya que de darse un rompimiento abrupto, las personas se ven obligadas a borrárselo, o cubrirlo con un tatuaje más grande.“El cover up resulta mucho más caro que el tatuaje inicial”.
Una alternativa en estos casos es el uso de láser para disminuir la tonalidad de la tinta y luego de varias sesiones, tratar de borrar lo que más se pueda del tatuaje. El costo de esta técnica es mucho más elevado que el precio que se paga por la obra.
Miguel Ruiz, de 25 años, tiene un tatuaje casero en forma de sol efectuado durante su adolescencia. El resultado final no fue satisfactorio. Ahora, 10 años después, el joven desea cubrirlo con un diseño tradicional japonés. Esta vez, asegura, visitará un local certificado para luego no “arrepentirse” del tatuaje.
Jesús Legarda, de 21 años, tuvo una experiencia un tanto distinta. El se realizó un tatuaje bajo los efectos del alcohol, y el proceso de cicatrización– al igual que algunas partes de la iguana que se tatuó- no fueron los esperados.
Para evitar inconvenientes como estos, Génesis Ortiz, tatuadora y artista corporal, recomienda realizarse tatuajes en estudios profesionales, bajo las medidas de seguridad del caso, y con profesionales que muestren sus obras a los clientes.