Expansión de cultivos amenaza a la selva

Se halló recientemente un área de 1 645 ha de cultivo de soya ilegal en Brasil. Archivo/ Daniel Beltra para EL COMERCIO

En áreas que antes eran grandes bosques nativos, poco a poco se ha ido transformando su paisaje. Estos amplios territorios se han convertido en lugares destinados únicamente para la agricultura.
Según el último Estado de los Bosques del Mundo realizado por la FAO, esta práctica es el factor principal de deforestación en el mundo. El objetivo ahora es buscar formas en la que se logre una agricultura que respete el ambiente.
La práctica comercial causa alrededor del 70% de la deforestación en América Latina. La introducción de productos ajenos a la región ha sido uno de los principales problemas. Plantaciones como la soya, la caña de azúcar o la palma africana se han visto constantemente en el centro de las polémicas ambientales. A estos se suman otros como el banano, el café y el aguacate.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la expansión de las plantaciones de soya en zonas de bosques implica un gran riesgo. La selva amazónica alberga entre 90 a 140 billones de toneladas de carbono. Si estas zonas son utilizadas para estos cultivos, contribuirá a la aceleración del cambio climático, ya que los bosques no podrán almacenar la misma cantidad de carbono.
El aguacate ha sido el protagonista de varios debates ambientales en México. Al ser considerado uno de los “superalimentos” del momento, se han tenido que quemar grandes zonas de vegetación para aumentar su producción y ha ocasionado un impacto en la biodiversidad.
Las principales afectadas han sido las mariposas monarcas que migran cada año desde Estados Unidos a Michoacán. Allí la producción del aguacate ha crecido en un 342% desde 1980. Cada año se reduce el número de mariposas que llegan a esta zona de México, por lo que la Unesco decidió declarar a los santuarios, donde llegan estas especies en invierno de cada año, como Patrimonio Natural de la Humanidad.
Nicolás Cuvi, profesor investigador del departamento de Desarrollo, Ambiente y Territorio de la Flacso, sostiene que la agricultura no es lo malo, sino ciertas técnicas agrícolas y formas de hacerla. Cuvi explica que desde 1940 se empezaron a acelerar los procesos de incorporación de nuevas tierras para uso agrícola.
El mayor problema es que se convirtieron en monocultivos que generaron un solo tipo de plantaciones. Según Cuvi, ahora se suma el uso de agrotóxicos que producen daños “irreparables con el ambiente”. El problema es que esta tendencia va en aumento, sobre todo en las prácticas a gran escala.
Mientras la población mundial sigue creciendo, según la FAO la demanda de producción agrícola en el mundo también continuará en ascenso. Por eso, el reto es lograr una agricultura que piense tanto en “la producción, como en la conservación de los recursos”.
En la Amazonía brasileña se ha empezado a adoptar formas de agricultura sustentable de soya. En esta práctica se implementa un sistema agroforestal que combina cultivos y árboles. La WWF también lleva a cabo proyectos para el cultivo responsable de soya, caña de azúcar y palma africana.
La soya
ha causado la degradación del suelo en Bolivia.
La caña
ocupa 23,8 millones de ha en el mundo.
El aceite
de palma amenaza el hábitat del orangután.
Aguacate
afecta a las mariposas monarcas en México.
El cultivo
de café, si no es a la sombra, afecta al ambiente.
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