Kepler ha encontrado más de 1 000 exoplanetas, muchos de ellos tienen condiciones habitables. Foto: Wikicommons
Cerca de 1 000 planetas, hasta el momento, han sido descubiertos por el telescopio Kepler, usado por primera vez en 2009, dato proporcionado por el Centro para la Astrofísica (CfA) de la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsonian en un comunicado.
Sin embargo, en las últimas investigaciones, un equipo de astrónomos de Estados Unidos identificó ocho nuevos planetas en una zona donde podría haber vida, de los cuales dos son muy parecidos a la Tierra.
Pero ¿qué características deben poseer para ser considerados como habitables? Guillermo Torres, principal autor del estudio, el investigador del CfA, explica que la mayoría de estos planetas tienen buenas probabilidades de ser rocosos, como la Tierra. Además de que se encuentran en la zona conocida como “Ricitos de Oro (Goldilocks)” de sus estrellas, es decir, que “orbitan a una distancia donde el agua líquida puede existir en la superficie del planeta”, explicó el CfA.
Para estar en una zona habitable, un exoplaneta tiene que recibir más o menos la misma cantidad de luz del sol que la Tierra, para evitar que el agua se evapore o se congele, recordó el CfA.
Precisamente, Ericson López, director del Observatorio Astronómico de Quito, explica que algunos de los exoplanetas que han sido identificados por la comunidad científica pueden ser habitables ya que tienen agua y condiciones favorables, como la presencia de oxígeno. Sin embargo, uno de los elementos más importantes es su posición ya que si se encuentra muy cerca de una estrella el agua se evapora y si está lejos se congela. Lo ideal es que el agua se encuentre en estado líquido.
En este último hallazgo los dos planetas similares al nuestro se denominan Kepler-438b y Kepler-442b, que orbitan estrellas enanas rojas que son más pequeñas y más frías que nuestro sol.
Antes de este descubrimiento, los dos planetas más parecidos a la Tierra que se conocían eran Kepler-186f, que recibe un 32% de la luz solar que obtiene nuestro planeta; y Kepler-62f, al que llega un 41% de la luz que alcanza el globo terrestre.