La Catedral Metropolitana de Guayaquil lució repleta. Decenas de sacerdotes y cientos de fieles se congregaron en una eucaristía, este sábado 5 de diciembre de 2015, para ser parte de la ceremonia de posesión del nuevo arzobispo de la ciudad.
Monseñor Luis Gerardo Cabrera Herrera reemplaza desde este mes a monseñor Antonio Arregui Yarza, quien estuvo a cargo de la congregación guayaquileña por los últimos 13 años.
Durante esta semana, ambos se reunieron en varias ocasiones para concretar el traspaso. Pero esta mañana, desde las 10:00, el encargo se oficializó.
En medio de cánticos e incienso, monseñor Giacomo Ottonello, nuncio apostólico en el Ecuador, dio el mensaje central. Desde el altar recordó que la transición se da luego de la renuncia presentada por Arregui, el 1 de junio de 2014, tras cumplir 75 años de edad. Y le agradeció por “los intensos y fructíferos años como guía”.
Luego alentó a Cabrera en su nueva misión, que se da después de seis años a cargo de la Sede Metropolitana de Cuenca. “Ahora se pone de manifiesto la misma voluntad que el Señor ha manifestado a Pedro: el cuidado de todas las iglesias (…). Monseñor Cabrera, tu actitud serena te hará ganar el afecto del pueblo”, dijo Ottonello.
La calurosa mañana guayaquileña obligó a los asistentes, incluso a los sacerdotes y religiosos, a agitar los librillos litúrgicos como abanicos. Todos estaban marcados con la foto de de Cabrera estrechado la mano del papa Francisco.
Las primeras bancas estuvieron reservadas para familiares y amigos de ambos monseñores. También resaltaron reconocidas figuras, como el expresidente de la República, Gustavo Noboa. Además participaron autoridades del Gobierno, de la Policía y de las Fuerzas Armadas.
Como parte de la liturgia se leyó una carta emitida por el papa Francisco, el 24 de septiembre pasado. “Hemos considerado que eres apto para que se te conceda esta importante tarea”, iniciaba la misiva. “En tu vida pastoral sigue diligentemente el ejemplo de San Francisco de Asís, quien fue solícito de la creación de Dios y de los pobres y miserables”, continuaba.
En el altar, Monseñor Ottonello entregó a Cabrera un báculo de madera, para que apaciente a la iglesia. La congregación respondió con aplausos. Luego firmaron un acta de toma de posesión.
Monseñor Luis Cabrera es oriundo de Azogues y tiene 60 años. Ingresó al seminario de los franciscanos para ordenarse como sacerdote en 1983. Y llegó al Arzobispado de Cuenca en el 2009.
En la ceremonia, Ottonello también le motivó a continuar con la ‘herencia de Arregui’, en los planes para la formación del clero, el seminario, la red educativa de la Arquidiócesis porteña, la red de dispensarios, el banco de alimentos y el cuidado de la gente que habita en zonas urbano marginales de la ciudad.