La Unidad Educativa Rosa de Jesús Cordero, de Cuenca, impulsa este proyecto de identidad. Foto: Lineida Castillo / EL COMERCIO
La Unidad Educativa Rosa de Jesús Cordero, de Cuenca, impulsó un proyecto para que sus alumnas conocieran a las etnias que habitan Ecuador. A través de una casa abierta mostraron las costumbres, tradiciones y las fiestas populares.
La iniciativa se cumplió la semana pasada como parte de las Jornadas Pedagógicas y Culturales. Cerca de 1 000 estudiantes presentaron danzas folclóricas, bailes populares y exposiciones de dibujos, que previamente lo aprendieron.
Este proyecto educativo es impulsado desde hace más de 10 años. Cada día, las alumnas presentaron una determinada cultura con su vestimenta, gastronomía típica, formas de vida y celebraciones.
El jueves pasado (26 de abril del 2018) las niñas de séptimo de básica C y D expusieron sobre las culturas cañari y natabuela. Las aulas se decoraron con elementos alusivos a etnias y en las paredes se colocó información básica.
Las 60 estudiantes lucieron los atuendos y expusieron a padres y visitantes las particularidades de estas etnias. Otro grupo bailó danzas típicas de cañaris y natabuelas.
“Así conocemos y vivimos las expresiones culturales. Es la mejor forma de aprender en la teoría y en la práctica sobre nuestra identidad”, dijo Ivana Machuca, de séptimo C.
Las maestras de Proyectos Escolares definen el tema con sus alumnas y juntas investigan y desarrollan la propuesta. La tutora Analiz Peña dirigió a los cuatro séptimos. El A y el B expusieron sobre los salasakas y las cholas cuencanas, respectivamente.
Como dijo la madre rectora, Maribel Silva, el objetivo es enseñar a las estudiantes -desde prebásica hasta bachillerato- sobre sus raíces y que amen al Ecuador porque eso denota un alto grado de identidad y respeto por la interculturalidad.
Para cerrar el ciclo cultural, el viernes pasado se efectuó un encuentro de danzas, que se denominó Al rescate de mi identidad ecuatoriana. Estuvo a cargo de las 90 alumnas del tercero de bachillerato. El resto de las estudiantes ocupó los graderíos del patio principal para mirar cada participación.
Ese trabajo estuvo dirigido por las docentes de Cultura Física. Las estudiantes –vistiendo atuendos típicos- danzaron ritmos de Guayaquil, Esmeraldas, Manabí, Loja, Carchi, Pichincha y Azuay.
Para ellas, fue la última danza porque en dos meses más se despedirán de esta institución. “Queremos que las niñas de los grados inferiores se contagien de estas expresiones culturales”, señaló Andrea Idrovo, de tercero de bachillerato.
Silva recordó que cuando iniciaron este proyecto, algunas niñas no querían bailar, pero en la actualidad se ofrecen voluntariamente para participar, lo que demuestra el mayor respeto por nuestra identidad.
“Con cada una de las danzas aprendemos el significado de las diferentes prendas y de los movimientos, porque en algunas culturas todo es un complemento y tenían relación con los elementos de la naturaleza”, dijo Juana Zamora, de tercero de bachillerato.
Ella es parte del Grupo de Danza de esta institución educativa de la capital azuaya. Dijo que ha sido un honor participar y representar algunos años a las diferentes culturas y etnias del país. Este grupo engalana los desfiles de las principales celebraciones de Cuenca como fundación e independencia.
La maestra de Cultura Física, Rocío Pulla, estuvo contenta por los logros obtenidos. “Para las alumnas no importa el cansancio, los fines de semana o feriados, cuando se trata de representar al colegio “porque la danza cultural del colegio siempre será lo más esperado en las calles de Cuenca”.