Pese a que vive en Quito hace dos años, Érick López, de 14 años, empezó clases dos semanas atrás, como todos sus primos y amigos que viven en Guayas.
Su cambio de domicilio a la capital, por el trabajo de su padre en la Asamblea Nacional, no afectó a su proceso académico. Sus padres le matricularon en la Academia USA, uno de los tres colegios que ofrecen el régimen Costa en Quito. “Ya me acostumbré porque el año pasado fue igual”, señala el joven.Mientras que todos los chicos de su barrio están terminando el segundo trimestre del colegio, Érick apenas regresó de vacaciones. De enero a marzo, él suele viajar a Guayaquil para encontrarse con familiares y amigos.
Si Érick no ingresaba a clases en abril, debía esperar a que los colegios de Quito empezaran el nuevo año lectivo, en septiembre próximo. Problemas como este son los que afrontan los alumnos que se movilizan de una provincia a otra.Una respuesta a esto, dice el director nacional de Educación, Teodoro Barros, es la modalidad Costa en la Sierra. Pero esa opción es exclusivamente para ese tipo de casos, aclara, “porque hay quienes están por perder el año en la Sierra y se quieren cambiar de régimen para ganar el año, eso no se puede hacer”.
Los alumnos que llegan a la Academia USA deben haber aprobado el año. Si es que terminan el régimen Sierra en julio, pueden ingresar a la modalidad Costa con un período de retraso. Para eso, explica Nicolás Santos (director de la Academia USA), deben tener una matrícula excepcional, que solo otorga el Ministerio de Educación.Saltos dice que en su colegio existe una riqueza intercultural de serranos, costeños y estudiantes extranjeros. En otros países, la modalidad de estudios es similar a la de la Costa. Luisa Moreno (16) es colombiana e ingresó a este régimen porque en Colombia empieza clases en enero. No tendrá vacaciones pero tampoco perderá clases. La joven explica que su papá trabaja en la embajada de su país y que quizá vuelva para terminar el colegio allá.
Otro caso similar es el de Aymara Llop (15), hija del director técnico del Barcelona, Juan Manuel Llop. Ella dice que ya está acostumbrada a este ritmo, porque viaja mucho con su padre, igual que Carlos Espínola (10), hijo del jugador de Liga (LDU).
Pero en estos colegios también existen estudiantes serranos. En el Liceo Naval, por ejemplo, están Paola Núñez, Víctor Moncayo y Sara Burneo. Los tres viven en Quito, pero desde pequeños están en este colegio. “Por que a mi mamá le dieron buenas referencias y todos mis primos están aquí”, dice Paola.
Pese a que mientras ellos están en clases los demás están de vacaciones, asistir a un colegio así tiene sus ventajas, según opina Víctor. “Cuando estás de vacaciones puedes irte dónde quieras y no hay mucha gente”.Él está en el Liceo Naval porque cuando quiso ingresar al prekínder tenía 3 años. En enero cumplió los 4 y su madre le matriculó en el régimen Costa para que no perdiera tiempo.
Mientras que en el caso de Sara, casi toda su familia es de Guayaquil. “En las vacaciones me voy a pasar allá”. Otra de las ventajas, según ella, es que cuando se quiera matricular en la universidad, no habrá largas filas.En Quito existen tres opciones con régimen Costa: la Academia USA, el Liceo Naval (en Conocoto) y Pedro Zambrano. Este último es fiscal y nocturno.
Érick, Aymara, Paola y David admiten que son una suerte de ‘trotamundos’ de los colegios.