La exposición sobre la esclavitud está disponible en el Conservatorio de Esmeraldas. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
Cuatro guías del Centro Internacional de la Diversidad Cultural instruyen sobre la Ruta de la Esclavitud en el museo del Conservatorio de música y danza del Municipio de Esmeraldas.
A través de 32 cuadros se exhiben las prácticas culturales, políticas, económicas y sociales y el trato que recibieron los africanos, traídos a América en condición de esclavos.
Sobre las paredes del museo se aprecian imágenes de africanos reunidos con sus familias y capataces. También se los ve durante las labores del campo y minería, con pies descalzos y torsos descubiertos.
El antropólogo Adison Güisamano, integrante del Centro Internacional de la Diversidad Cultural, explica que entre 1500 y 1860, millones de africanos fueron capturados, esclavizados y transportados a través del Atlántico.
Según Güisamano, los africanos fueron la mano de obra dominante para las economías coloniales euroamericanas, desde el siglo XVI hasta XIX.
Rosalda Añapa, una de las guías del centro de origen Chachi, explica que los cuadros también evidencian que el aporte de los africanos fue clave en el desarrollo.
La muestra de iconografías fue donada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en el 2014 al Municipio de Esmeraldas. El 90% está en idioma francés y el 10%, en español.
Algunas fotografías indican, por ejemplo, cómo los esclavos eran obligados a bailar una vez por día, cuando eran sacados de los calabozos a las cubiertas. Les daban tambores para tocar mientras otros cantaban y bailaban.
Según la antropóloga Eunice Villegas, directora del Centro Internacional de la Diversidad Cultural, el baile era considerada una forma de mantener sanos a los esclavos. Pero para los africanos era un método de adoración a los dioses.
Para complementar estas historias, también hay un recorrido al interior del Conservatorio. Tras recibir una inducción a través de los cuadros, los visitantes pueden presenciar las clases de danza, instrumentos tradicionales y canto.
Los africanos esclavizados del Caribe y Sudamérica basaban sus rituales religiosos y seculares, sobre canciones, danzas y ritmos, que eran propios de sus tribus nativas.
Para Estefanía Quiñónez, una de las visitantes, la muestra aporta con mucha información sobre el trato a los esclavos y ayuda a reflexionar sobre la descendencia africana.“Los 45 minutos de explicación nos dejan claro sobre cómo fueron traídos y vivieron nuestros antepasados”.
Este tipo de exposiciones se organizan en la ‘Provincia Verde’ mientras se articulan propuestas para el reconocimiento de los afros en la Mesa Técnica del Decenio del Pueblo Afro en Esmeraldas.
Juan Montaño, escritor afroesmeraldeño, precisa que desde que las Naciones Unidas proclamaron el decenio en el 2013. La comunidad internacional ya reconoció que los derechos humanos de los afrodescendientes deben promoverse y protegerse.
La muestra de estos 32 cuadros solo se ha exhibido en Francia, Haití y, en este año, se hizo en Ecuador.