En la zona existen rutas de conexión fluvial entre las comunidades. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
Las 60 familias que habitan en la población Chachi de Guadual decidieron conservar sus bosques desde 1998, como una forma de contribuir al cuidado de la naturaleza.
Esa población, ubicada a orillas del río Cayapas (Esmeraldas), tiene 2 226 hectáreas, de las cuales 1 100 fueron destinadas a la conservación, hace un decenio, a través del programa Socio Bosque.
Javier Añapa, presidente del Centro Chachi, ayuda a la limpieza de mangas, colocación de letreros en la zona de reserva y controla que se haga el pago a los dos guardabosques.
Los chachis han querido poner más hectáreas en el programa, pero el Ministerio del Ambiente por ahora no cuenta con financiamiento. Sin embargo continúan cuidando la floresta. Cuando se registran necesidades en la comunidad, se sacan entre 500 y 1 000 m³ de madera del área que no está bajo conservación. Eso ocurre una vez al año.
En la zona hay chanul, sande, cuángare, caoba y más. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
Laurense Zambrano, del programa Socio Bosque del Ministerio del Ambiente, explica que en toda la provincia de Esmeraldas existen 25 centros y comunas, que tienen 54 000 hectáreas de bosque bajo conservación.
En el área de reserva está prohibido cazar. Los habitantes de Guadual lo hacen dentro del área que no está bajo conservación. Ahí cazan saíno, tatabra y guanta una vez por semana. En esta zona se encuentran mamíferos como el guatuso, venado, mono, tigrillo, oso hormiguero, ardilla, ratón de monte, guachicambo, iguana, armadillo, entre otros.
Virgilio Quiñónez, uno de los indígenas de Guadual, ayuda a los dos guardaparques a controlar la caza, en la medición de los árboles y su señalización. Como habitante de la comunidad, él ayuda a limpiar los accesos por donde se llega al área de conservación, que está a una hora del pequeño poblado.
Los habitantesde la población Chachi han participado de cursos de formación para aprender diversas forma de siembra del cacao. Foto: Marcel Bonilla/ EL COMERCIO
Desde hace un año, la comuna chachi de Guadual empezó un proceso de reforestación de las primeras 7 de 20 hectáreas, con la plantación de especies maderables como el chalviande, cuángare, chanul, sande y guayacán.
Los chachis han creado su propio vivero en la comunidad, en el que reproducen la madera en almácigos. Cuando tienen el tiempo ideal, son trasladados hasta las áreas que fueron deforestadas por las madereras para plantarlos.
La comunidad decide qué hacer con los USD 20 OOO que reciben cada año por mantener una parte sus bosques bajo conservación. Una de las acciones fue el cambio del techo de las casas, reemplazando la paja toquilla por zinc.
Algunas mujeresdedican gran parte de su tiempo a la elaboración de canastos y otras artesanías para su posterior comercialización. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
Los indígenas trabajan en un plan de vivienda para la comunidad, que implica construir hasta cinco casas anuales con el dinero que reciben del programa Socio Bosque. También se construyó un pequeño sistema de agua potable, en que el aportaron con la mitad del costo, el resto lo financió Green Power, una organización de ayuda comunitaria.
Los chachis de Guadual trabajan en la agricultura. Las familias han destinado, cada una, 2 hectáreas para sembrar cacao y que ello permita reactivar la economía de la zona.
En total son 120 hectáreas para la siembra del producto que empezaron a cultivar desde hace dos años y se estima que en dos años más empiecen a cosechar la producción.
Las mujeres de la comunidad se dedican a las artesanías mediante la utilización del bejuco, con el que tejen canastos, esteras y bolsos para la venta.
Otras de las actividades que realizan los chachis es la pesca de sábalo, sabaleta, camarón, guanchiche, mojarra y más.