El sismógrafo es un instrumento utilizado para registrar la intensidad, duración y otras características de los temblores de la tierra durante un sismo. Foto: Archivo.
En la actualidad, se ha tomado como convención la utilización de dos escalas para la medición de los terremotos en el mundo: la escala de Richter y la de Mercalli.
La escala Richter mide la fuerza de los movimientos sísmicos en cuanto a la cantidad de energía que liberan, según se indica en el sitio web del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile.
Esta escala fue propuesta por Charles F. Richter, del Instituto Tecnológico de California, en 1935. La magnitud de los terremotos se determina por un logaritmo de la amplitud de las ondas registradas por los sismógrafos, según el sitio web del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS).
En la escala Richter, la magnitud se mide en una escala decimal, y se expresa también en fracciones. Cada número en la escala representa un incremento de 10 veces la magnitud anterior, por lo que un sismo de 5,3 grados podría ser considerado como moderado, mientras que un sismo de 6,3 se consideraría fuerte, según el USGS.
Además de la magnitud, los terremotos se miden por su intensidad. Para la medición, en 1964 se implementó un tipo de medida propuesta por Serguéi Medvédev, Wilhelm Sponheuer y Vít Kárník. Esta escala se la conoció como la MSK, por las iniciales de los apellidos de sus creadores. Fue revisada y ajustada en 1981.
Otra escala de intensidad de la de Mercalli. Esta escala lleva el apellido de su creador, Giuseppe Mercalli, vulcanólogo del siglo XIX. Estas dos escalas se basan en un sistema de 12 grados, los cuales son denominados con numerales romanos.
Estas dos escalas son similares en su evaluación de los terremotos, sobre todo porque se basan en la observación de los efectos o los daños que ha provocado un sismo.
En Europa, el uso de la escala MSK ha sido reemplazado desde 1998 por la Escala Macrosísmica Europea, mientras que en Estados Unidos se utiliza ampliamente la modificación de 1931 de la escala de Mercalli. Ambas, en cuanto a sus métodos y denominaciones, son muy similares.
En Latinoamérica suele utilizarse más la denominación de la escala de Richter, pero en definitiva, la principal diferencia está en la medida de la magnitud de un terremoto (es el caso de la escala Richter) frente a la medida de la intensidad (el caso de la escala Mercalli).
En el caso de la escala de Richter, un sismo de más de 7 grados es considerado un terremoto mayor, capaz de causar graves daños. En esta escala, el último terremoto de Ecuador, tuvo su epicentro en Pedernales y fue de 7,8 grados en escala de Richter.
En la escala de Mercalli, en cambio, este terremoto tuvo una intensidad igual a VIII, es decir, daño fuerte, según ha indicado Mario Ruiz, director del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (EPN)