La muestra antológica de Pablo Barrica que se exhibe en el Centro de Arte Contemporáneo se cerrará este próximo 2 de abril. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.
Pablo Barriga nació en Quito, en 1949. Estudió en la Facultad de Artes de la Universidad Central y completó su formación en Inglaterra y EE.UU. Es artista conceptual, performer y escritor.
Fue docente de la UCE y de Universidad Católica. Ganó el Premio Mariano Aguilera a la Trayectoria Artística 2015. La muestra antológica que se exhibe en el Centro de Arte Contemporáneo se cerrará este próximo 2 de abril.
Ha dicho que le interesan más los procesos que los resultados. ¿Cómo vivió el proceso para montar esta muestra antológica?
Pamela Cevallos, la curadora de la muestra, insistió en que buscáramos elementos que nos sirvieran como archivo, documentos que mostraran la producción sostenida que he tenido durante más de 30 años. Esta idea resultó interesante porque gracias a los registros empecé a ver la diversidad de mi obra en conjunto. Existían obras que había reciclado y otras que se habían perdido.
¿Por qué el reciclaje como una forma de arte?
Es una manera de plantearse un reto creativo. Lo he hecho para probarme y por economía. No siempre lo que he hecho después ha superado a lo que estaba antes. Con algunas obras he tenido dolores de corazón porque he sentido que perdí algo que posiblemente estaba mejor.
¿Antes de esta muestra los registros y los archivos eran importantes dentro de su trabajo artístico?
No me había dado cuenta de la importancia de estos recursos hasta que monté esta exposición. El archivo y el registro permiten al artista organizarse y reconocerse en sus diferentes etapas.
Creo que el archivo ayuda más que la obra porque estas individualizan los momentos de creación. El archivo es una referencia material de un proceso vital que uno a veces olvida. Sirve para el artista y también al público.
En la década de los setenta, usted sostenía que estar al margen del mercado del arte significaba estar alejado de las galerías. ¿Cómo funciona esa marginalidad en la actualidad?
Ahora los jóvenes no esperan vender una obra para decir que están subsistiendo como artistas. Están más interesados en presentar proyectos de largo aliento que les permitan desarrollar su trabajo. En este contexto son importantes las becas, los subsidios y los premios. Desde la academia nos hemos planteado la necesidad de enseñar a un artista a sobrevivir, porque esa es una de las cosas más difíciles.
En esa época también hablaba de que el arte no es para la burguesía, sino para el pueblo.
Ya no veo tan acertado determinar un público desde el punto de vista marxista. Ahora creo que hay distintas sensibilidades en personas de distintas clases sociales. Cuando empezamos a hacer arte en la calle era por un sentido democrático de no tener espacios elitistas como las galerías. No estoy seguro de los efectos que se lograron porque creo que no tuvo un efecto multiplicador. En la actualidad la pelea de todo artista es frente a los medios de comunicación porque se confunde lo artístico con lo espectacular.
¿Cuál es el valor del arte popular?
Muchos artistas latinoamericanos hemos sido influenciados por el arte popular. En esta forma de arte hay una manera muy creativa de hacer las cosas por la falta de presupuesto. El arte popular, en la actualidad, ha derivado en artesanías con una búsqueda de mercado turístico. Esa es una forma se sobrevivencia para muchas comunidades.
¿En su trabajo la palabra está sobre la pintura?
No necesariamente. Cuando he visto que la resolución para una idea es la pintura me he ido por ese camino, cuando he visto que es la escritura he escrito relatos y cuentos.
Algunos críticos han definido el conjunto de su obra como un continuo performance, ¿qué piensa al respecto?
Podría ser, porque el performance tiene ese sentido de presencia y de ausencia. Tengo momentos largos en los que estoy buscando y preparando nueva obra. Quizás de allí parte mi predilección por trabajar primero la idea y luego ver cómo funciona.
En Quito hay un debate sobre lo conceptual, ¿cuál es su concepción sobre esta forma de hacer arte?
Hay que aclarar que uno por ser conceptual no deja de trabajar la obra. Lo conceptual no debería de asustar ni al artista ni al público. En el arte conceptual se validan las ideas y los procesos de trabajo como la obra en sí misma. Lo conceptual ha permitido que la idea del arte se amplíe a otras esferas sociales y aborde temas de género o la ecología.