Entrevista a Marcelo Báez Meza, profesor de la escuela de Comunicación Social de la Espol de Guayaquil.
¿Por qué una película como ‘Zuquillo exprés’ tiene impacto en el público y logra un éxito en taquilla?
Hay que empezar analizando la dirección de Carl West. Él es un director que por haber trabajado donde lo ha hecho, especialmente en (la televisora) Ecuavisa, sabe los elementos que le interesan al público. Entonces está capacitado para trabajar con audiencias mayoritarias y conoce bien los elementos para poder imantar a los espectadores.
¿Cómo se aplica esa destreza del director West ya en la película de 35 mm?Eso se ve en la creación de personajes redondos. Ese, sin duda, es el gran acierto de este filme. La orquestación queda bien hecha con una trama bien elaborada y por eso nos encontramos con una cinta que tuvo éxito. Cada personaje es trabajado de una manera autónoma, que le distingue el uno del otro, eso enriquece el guión. Un buen guión se distingue en la medida en que se distingue un personaje de otro o que se complementen entre sí.
¿La fórmula de usar personajes populares le funcionó a Carl West en esta cinta?
Yo hablaría de personajes que calan en el imaginario popular. Son personajes arquetípicos en la medida en que representan a ciertos sectores de la colectividad. La idea es que el espectador se vea reflejado en uno o todos los personajes que está viendo.
En Quito la película estuvo 13 semanas en cartelera y con gran aceptación del público. En Guayaquil se vivió una situación distinta…
Acá fue diferente. Si en Quito estuvo 13 semanas en cartelera, acá fue mucho menos.
¿Por qué cree que se da este fenómeno?
Porque ese arquetipo cala más en el imaginario serrano. Esa es la razón por la que la serie ‘Mis adorables entenados’ tenía mucho éxito acá en Guayaquil y no en las ciudades de la Sierra.
¿Resulta efectivo llevar una serie de televisión a la pantalla grande?
Ese proceso se llama ‘crossover’ y claro que funciona. La historia de la televisión nos ha enseñado que funciona tranquilamente. Asimismo, la historia reconoce que esas películas salidas de series no ha tenido un gran éxito.
¿Qué hizo Carl West para atrapar al espectador?
Él logra sacar a sus personajes del ambiente en que les conoció el público, es decir en el mercado. En este caso el ‘crossover’ se lo hace muy bien sacando a los personajes de un contexto estático y les pone en uno más dinámico, que sin duda atrae. Eso se llama hacer cine. Pero a esta cinta yo no le llamaría filme, sino telefilme.
¿Qué quiere decir el término telefilme?
Es una producción que está transferida a 35 milímetros que es el formato de cine.
¿Qué necesita una serie de televisión que se va a convertir en película, para llevar a su seguidor de la sala de su casa hacia la sala de cine?
Básicamente lo que ha hecho West. Es decir, un viaje épico, hablo aquí desde la connotación griega que significa el traslado, el exilio, el éxodo y la movilidad. Ese exilio forzado obliga a los personajes a reivindicar su existencia tras una trama humorística. Hay un desafío que tienen que lograr los personajes para llegar o no a su destino, hay una serie de dificultades que tienen que ir sorteando. Esas dificultades son las que enriquecen a los personajes y en ese proceso los espectadores van admirándolos y se van identificando con los personajes y se ríen de ellos, con ellos y por ellos. Eso es lo interesante de las Zuquillo y lo que lleva a la gente al cine.