Zombies y resistentes libraron una batalla campal en las calles de Quito

Desde las 13:00 del pasado 31 de octubre, cientos de personas disfrazadas como zombies se congregaron en Quito para participar en la Zombie Walk. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.

Desde las 13:00 del pasado 31 de octubre, cientos de personas disfrazadas como zombies se congregaron en Quito para participar en la Zombie Walk. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.

Desde las 13:00 del pasado 31 de octubre, cientos de personas disfrazadas como zombies se congregaron en Quito para participar en la Zombie Walk. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.

Las calles de Quito se convirtieron en una auténtica recreación de las mejores películas de zombies de la historia. La sexta edición del Zombie Walk Quito se llevó a cabo el sábado 31 de octubre y fue todo un éxito, pese a que las condiciones climáticas no fueron favorables.

La lluvia no afectó al Zombie Walk. Desde las 13:00, la Plaza Foch empezó a llenarse de personas con disfraces y maquillajes, al más puro estilo de los muerto vivientes.

Hombres y mujeres. Grandes y pequeños. Familias y amigos aceptaron el reto de convertirse en zombies y desfilar por las calles de la capital. En lo que ya se convierte en una tradición del 31 de octubre de cada año.

Así el caso de la familia Calvache. Estos quiteños pasaron toda la mañana del sábado maquillándose y vistiéndose para la ocasión. Toman el Zombie Walk, como una ocasión perfecta para divertirse en familia.

Miguel Aguaguiña, parte de la organización de la caminata, confesó que las expectativas de este año se cumplieron. Su proyección era doblar el número de asistentes de la quinta edición: 800. Este evento nace como la iniciativa de un grupo de artistas y amantes de los zombies. Y está dirigido a todas las personas sin importar su edad o condición.

Otros, en cambio, prefirieron pertenecer a la resistencia. Con pistolas, jeans y sombreros recrearon a la parte sobreviviente de la población en una invasión zombie. Su 'misión' es destruir a todos los seres que no se han ido del todo a la muerte.

Carlos Castro eligió este camino. “Siempre vi películas de zombies y preferí videojuegos de este tipo. Uno de mis sueños siempre fue combatir a los muertos vivientes y hoy lo estoy haciendo realidad”, dijo el quiteño de 17 años.

Así, como él, muchos formaron parte de los sobrevivientes, quienes encabezaron el desfile que se dirigió por la Avenida Amazonas y Avenida Patria hasta llegar a la Avenida 6 de diciembre, frente al Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, donde se realizó el evento de cierre.

A lo largo de la caminata, los zombies simulaban su estado y caminando al puro estilo de Resident Evil, la famosa saga de filmes con esta temática, intentaban capturar y comer el cerebro de la resistencia.

Estos a su vez retrocedían atemorizados y en ciertos momentos hasta corrían. Luego, los líderes pedían reagruparse y a punta de disparos y consignas de guerra iban hacia los monstruos para combatirlos.

Una vez en su destino, zombies y resistentes se juntaron para disfrutar del Zombie Fest. En este evento se premiaron a los mejores disfrazados. La selección fue reñida. Los pantes invirtieron esfuerzo y recursos en este tema. Marco Almeida, por ejemplo, gastó USD 45 en una reconocida estética de la capital para lucir un look que incluía cabello descolorido, piel descompuesta y un cuchillo atravesado en la cabeza.

Además, en el festival se presentaron varias bandas invitadas: TXK & Los truenos, Yo Clon, Rocambolescos, Desocupados, Rockin Crueles y Ra Ta.

Finalmente, los participantes pudieron disfrutar de una feria donde encontraron variedad de atracciones: sandalias personalizadas, ropa, accesorios, stickers, posters, fanzines, comida, maquillaje y hasta miel de abeja. Todas estas mercancías proporcionadas por emprendimientos del staff de organizadores y otros invitados.

Suplementos digitales