Es temporada alta de premios y alfombras rojas en el mundo del cine. Sin embargo, para Woddy Allen también es una época en la que los escándalos familiares atizan las cenizas de una vieja polémica. “Falso y vergonzoso” fueron los primeros calificativos con los que el director de 78 años se defendía de la acusación de abuso sexual que hacía su hija adoptiva Dylan Farrow, el pasado sábado, en una carta publicada en un blog del diario The New York Times.
En la misiva, Dylan –de 28 años- rompía el silencio que mantuvo por casi dos décadas para dar a conocer detalles de la presunta agresión sexual de la que habría sido víctima cuando tenía siete años. “Woody Allen me tomó de la mano y me condujo a un pequeño desván mal iluminado del segundo piso de nuestra casa. Me dijo que me acostara boca abajo y que jugara con un tren eléctrico de mi hermano. Y abuso sexualmente de mí”, afirmó la joven.
Las nuevas revelaciones de Dylan son solo uno de los polémicos escándalos que rodean la vida privada del director estadounidense y que se intensificaron durante la relación que mantuvo con la actriz Mia Farrow. A inicios de los 80, Allen y Farrow adoptaron a Moses y Dylan. En 1987, Mia dio a luz al único hijo biológico de la pareja, Satchel, conocido como Ronan (de quien se sospecha sería hijo de Farrow con Frank Sinatra). Soon-Yi Previn, la hija que Mia había adoptado en una relación anterior, completaba la familia Allen-Farrow.
La vida familiar de Allen transcurría en aparente calma hasta que en 1992, se ventilaron las primeras acusaciones contra el director. Mia había descubierto que su marido mantenía una relación con Soon-Yi Previn, que en aquel entonces tenía 20 años. Soon se casaría en 1997 con Allen, con quien tiene dos hijos adoptivos.
En medio de una feroz disputa por la custodia de los hijos de la pareja, trascendió otra acusación por el supuesto abuso sexual de Allen contra su hija adoptiva Dylan. Una investigación sobre estas acusaciones fue abierta en Connecticut. Un fiscal estimó que existían “razones suficientes” para enjuiciar a Allen, pero renunció a hacerlo por estimar que la joven era “demasiado frágil” para enfrentar el proceso.
En ese entonces Allen negó haber agredido sexualmente a Dylan y acusó a Mia de haber “vergonzosamente manipulado a niños inocentes”. En 1994, un tribunal de Nueva York le negó al cineasta el derecho de visita de Dylan, que rechazaba a ver a su padre adoptivo.
Pese a los escándalos, Allen seguía filmando películas y cosechando premios. A los tres Oscar (‘Annie Hall’, 1977 y ‘Hannah y sus hermanas’, 1986) se sumó un cuarto premio por ‘Medianoche en París’, en el 2012. De las 142 nominaciones registradas en el portal IMDB, Allen se llevó 120 premios en distintos festivales alrededor del mundo.
Este año, su última cinta ‘Blue Jasmine’ también figura en los listados de nominaciones en varios premios (Golden Globe, Bafta, Australina Film Institute, etc.) incluyendo una nominación como mejor guión en los Oscar.
De hecho, Dylan dijo que no pudo soportar que Allen hubiera recibido recientemente el Golden Globe en reconocimiento a su trayectoria, que incluye la dirección de al menos 49 largometrajes, ni sus últimas nominaciones a los premios Oscar. “Esta vez decidí no desmoronarme”, apuntó.
Distanciado de su familia, cuando Diane Keaton recibió el Globo de Oro en representación de Allen, Ronan Farrow arremetía contra su padre en Twitter. “Me perdí el tributo a Woody Allen. ¿Pasaron la parte en la que una mujer hace público que abusó de ella cuando tenía 7 años?”.
Las acusaciones de Dylan vuelven a empañar la brillante carrera del cineasta y ha generado una serie de especulaciones sobre la suerte de ‘Blue Jasmine’ en la entrega de los Oscar, el 2 de marzo.
“Hollywood acrecentó mi tormento”, agregó. “Todo el mundo, con excepción de algunos (mis héroes) cerró los ojos”, lamentaba Dylan, mientras aún se espera una nueva aclaración del cineasta.