Cuando las cámaras y las luces se apagan, Daniel Sarcos al fin puede ser Daniel Sarcos. No es un trabalenguas ni un juego de palabras… solamente es la prueba de que su vida no es tan sensacional como sus televidentes y fans piensan.
Cuando en la calle ellos se encuentran con él, esperan ver al sonriente, carismático y magnético hombre con el que se citan en la TV. Pero al ver a un tipo normal, más bien tímido en ciertas ocasiones, y con un ‘look’ menos formal, la ilusión que dan las luces y las cámaras desaparece.En ‘Mi vida no es tan sensacional’ el monólogo que esta noche y mañana presentará en el Teatro México, en Quito, el animador de televisión venezolano pretende “hacer un pequeño acto de justicia”. Dice que los artistas y figuras de pantalla que han visto alguna de las más de 100 funciones de su obra en República Dominicana, Venezuela, Curazao, Aruba y Estados Unidos le agradecen al final, porque muestra al público una imagen más real de su trabajo y de su vida cotidiana.
La idea surgió de una experiencia en teatro que tuvo con su esposa Chiquinquirá Delgado y se le ocurrió desmitificar la idea que la gente tiene de quienes trabajan en TV. El resto fue poner en orden sus anécdotas para escribir un guión de una obra dirigida por Basilio Álvarez.
Daniel Sarcos define al trabajo como una obra muy física que está acompañada de videos, coreografías y música. En las más de 100 representaciones, esta ha cambiado con nuevas anécdotas, como las bromas tras su salida de ‘Sábado sensacional’.
En el país la obra estará primero en Quito y luego irá a Loja y a Cuenca. Será una versión adaptada a la farándula nacional y a la experiencia de Sarcos en la TV ecuatoriana, como conductor de ‘El familión Nestlé’.