Los productos más vendidos por AN Intimates son los ‘brallets’, un tipo de sostén sin alambres ni esponjas. Foto: Instagram / an.intimates
La lencería es uno de los sectores de producción textil que se vieron beneficiados durante la pandemia. Emprendedoras y marcas locales dan a conocer que sus ventas se incrementaron entre el 30% y 70% en relación con meses anteriores.
Semanas después de que se declaró la Emergencia sanitaria en Ecuador, la diseñadora de modas Adriana Nader notó un 70% de aumento en la demanda de los productos de su marca AN Intimates. Esta es una tienda digital que cumplirá cuatro años en el próximo septiembre.
Los productos más vendidos por esta marca son los ‘brallets‘, un tipo de sostén sin alambres ni esponjas, y los ‘panties‘. Los productos de esta marca son elaborados con encajes y transparencias que apelan a la sensualidad. “Es un concepto más íntimo”, explica la diseñadora. Un conjunto de ‘brallet’, ‘panty’ y portaligas también está entre lo más pedido.
Otra tienda digital de diseño de lencería que observó un aumento en sus ventas, del 50%, es Gals Brallets. Grace Andrade, la diseñadora de la marca, relata que antes de que se inicie la pandemia, estaba trabajando en la creación de una nueva colección. Sin embargo, la compra de materiales se vio truncada por el confinamiento. Entonces creó las prendas con textiles de su taller.
“Pensé que no iba a vender mucho por la situación. Saqué una promoción de tres ‘brallets’ por USD 35. Tuve tantos pedidos que tenía todas las semanas copadas”, recuerda la creativa que se encarga también de la confección, promoción en redes y envío de los productos. Un set de ‘brasier’ con transparencias, tanga y liguero también estuvo entre lo más vendido.
Daniela’s, con 22 años en el mercado ecuatoriano, también experimentó un aumento en la demanda, principalmente a través de sus canales electrónicos. Ramiro López, director creativo de Ralomtex, la empresa madre de la división de ropa interior femenina, indica que el ‘e-commerce’ creció en un 300% con respecto a la curva que antes se manejaba.
La venta de lencería, que comprende una quinta parte del portafolio de Daniela’s, se incrementó en un 30% en comparación con meses anteriores.
En los ‘sex shops’ también se vio este fenómeno. Fernanda Terán, copropietaria de Freyja Sex Shop junto a Daniel Santos (+), estima que la comercialización de lencería aumentó en un 50%. “Estamos en una época de San Valentín. Buscan disfraces, ‘baby dolls y ligueros'”, cuenta. Los disfraces de conejita y caperucita son los más populares.
La sexóloga July Ruiz explica que este fenómeno se da por varios motivos. Uno de los principales es que en épocas de crisis se suelen hacer compras que no representan una gran inversión, pero que le dan a la persona una sensación de recompensa.
Por otro lado, al estar más en casa, muchas personas dejaron de usar accesorios y prendas que elevaban su ‘look‘ y autoestima, por lo tanto, el uso de ropa interior bonita y sexi se volvió una necesidad. “Cuando te pones algo bonito te ayuda sicológicamente, te hace sentir mejor contigo misma”, dice Ruiz.
Estar más en casa también se ha convertido en una oportunidad para explorar la sexualidad y autodescubrirse. Muchas parejas que ahora pasan más tiempo juntas por las restricciones de movilidad buscan mantener el interés sexual con ropa y juegos sensuales.
Otro factor que ha contribuido a este auge, señala la experta, es la separación que han sufrido muchas parejas durante esta época. La lencería se vuelve una herramienta para levantar la libido de la pareja a través de dinámicas como el ‘sexting‘.
“La lencería no es necesariamente para las mujeres que tienen pareja. Tiene que ser considerada como algo para nosotras, que nos haga sentir bien, cómodas y sexis”, reflexiona la sexóloga.
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