Los gritos de los fanáticos retumbaron en el Ágora de la Casa de la Cultura. El motivo de la euforia era la presentación de la banda venezolana de rock alternativo, Caramelos de Cianuro, la cual actuó en medio de los aplausos y la emoción del público (cerca de 5 000 asistentes).
Vestido con unas botas negras, un pantalón rosado, un bividí blanco y un pañuelo del mismo color alrededor del cuello, el vocalista del grupo, Asier Cazalis, dio inicio a una presentación que duró aproximadamente una hora y 20 minutos.
El público no paró de corear los éxitos de la banda. Verónica, El último polvo, Sanitarios, No eres tú, entre otros temas, formaron parte del repertorio del grupo venezolano cuya alineación la completan Pavel Tello, Darío Adames y Miguel Ángel González.
La música noventera de Caramelos de Cianuro atrajo a personas que promediaban 30 años, sin embargo eso no fue impedimento para que gente más joven disfrutara del concierto. Sonia Carvajal fue una de las asistentes y comentó que siempre le ha gustado la música de este grupo porque sus letras nunca pasan de moda.
Similar fue la reacción del público cuando los integrantes de Illya Kuryaki and the Valderramas saltaron al escenario a las 22:30. Después de un receso de media hora, los fanáticos cambiaron de sonidos hacia el ritmo alegre del dúo argentino. Los asientos se convirtieron en el lugar donde los fans bailaron y saltaron, mientras Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur hicieron delirar a los aficionados con su vestimenta excéntrica y sus originales bailes, en clave de ‘funk’.
Carlos Ayala se sintió satisfecho por el show; para él la música de Illya Kuryaki es muy “pegajosa”, por lo que nunca se cansa de escucharla. En el concierto no se registraron inconvenientes, pero sí mucho desenfado en las letras, los sonidos y en el baile que motivaron.