El semáforo amarillo y otros factores afectan a los estudios que de tatuajes en Quito. Foto: Archivo EL COMERCIO
Antes de la emergencia sanitaria por el covid–19, los tatuadores que trabajan en Karla Tattoo Studio atendían a tres o cuatro clientes por día. Desde que Quito pasó a semáforo amarillo, cada tatuador realiza un diseño diario.
Karla Cuatin, organizadora de la Feria de Tatuajes Mitad del Mundo y dueña de este estudio, cuenta que a pesar de que la afluencia de gente todavía es escasa, en sus cuatro locales están trabajando con estrictas medidas de bioseguridad.
“Nosotros estamos trabajando con todas las normas de bioseguridad. Los tatuadores atienden con su respectivo traje, visor, mascarilla y guantes y a todas las personas que se van a hacer un tatuaje les tomamos la temperatura y les pedimos que se desinfecte las manos y use mascarilla”.
Cuatin explica que para la realización de un tatuaje, el 30% de materiales que usan son similares a los que utiliza una enfermera o un médico, entre ellos alcohol y guantes. “Son materiales que ya no encontramos con facilidad y que han subido de precio. Antes, cada caja de guantes costaba USD 4 y ahora si las encuentras no cuestan menos de USD 16. En cada tatuaje utilizamos entre tres o cuatro pares”.
Alexandra Espinosa es dueña de Blessink. Ella sostiene que la carencia de materiales fue más alta en los primeros meses de la pandemia y que ahora lo más preocupante para los estudios de tatuaje es el sobreprecio de los materiales. “Los últimos días he logrado conseguir productos más económicos, pero igual siguen siendo más caros que antes de la pandemia”.
Espinosa también cuenta que en su estudio se han duplicado las medidas de bioseguridad. A cada cliente que se va a tatuar le entregan una mascarilla N95, un gorro y unos zapatones quirúrgicos. Todos llegan después de haber concertado una cita previa. “Es una modalidad con la que ya teníamos pero que ahora se va a convertir en algo más habitual. A las personas que se quieren hacer tatuajes mínimos (que no toman más de diez minutos) les estamos recomendando que esperen a que bajen los precios de los materiales que estamos utilizando”.
Francisco Cordero, de Catzo Negro Tattoo, también sostiene que los que los materiales que más han incrementado su precio son el alcohol y los guantes. Dice que antes de la pandemia comparaba cajas de guantes a USD 9 y ahora las consigue entre USD 15 y USD 20. Él también está trabajando solo con citas previas y atendiendo a una persona al día.
En relación a las medidas sanitarias agrega que antes de la pandemia en su estudio ya trabaja con estrictas normas de bioseguridad, a las que ha sumado la desinfección del cliente y el uso de mascarilla. “En relación a los insumos -dice- mantenemos el mismo nivel de seguridad de siempre. Todos los materiales que tienen contacto con la piel del cliente son desechables y esterilizados”.
En el protocolo aprobado por el COE Nacional para el funcionamiento de estos espacios se señala que las personas tienen que evitar: llevar objetos que son posibles superficies de contaminación: anillos, pulseras o reloj; alcohol al 70% y mascarilla quirúrgica; asistir sin acompañante; respetar el horario de la cita; y por ningún motivo ingerir alimentos o bebidas alcohólicas dentro del área de procedimientos.