La primera película que llegó a las pantallas del mundo erótico fue ‘El Sátiro’, que salió al aire entre 1907 y 1912, aproximadamente.
Fueron 320 segundos grabados, según algunos, en Argentina.
Se estima que la evolución del cine para adultos comenzó en la década de 1970 y, desde entonces, ha tenido un impacto en todas las personas que desean satisfacer necesidades sexuales desde otro perspectiva como lo es la visual.
No es una película de horas, son apenas cuatro minutos que detallan los aspectos que la convirtieron en pornografía.
En la primera escena se ve a un grupo de ninfas en un bosque. Allí estaban completamente desnudas mientras reían y jugaban entre ellas.
En seguida, aparece una criatura mitológica griega, con grandes cuernos, orejas salidas y patas con pezuñas. Se trata de un hombre en la piel de un fauno, quien se esconde detrás de un árbol y comienza a apreciar a las ninfas. Una de ellas logra percatarse que está siendo observada, por lo que le advirtió a las demás sobre la presencia de un ser extraño.
Ante el miedo, las ninfas deciden salir a correr, pero el fauno comienza a perseguirlas hasta que logra raptar a una de ellas, que luego se desmaya por los nervios.
Posterior a esa escena, repentinamente tienen relaciones sexuales, las cuales se muestran de manera muy explicita y sin ningún tipo de tapujos. El film termina cuando las otras ninfas logran encontrar a quien fue raptada por el fauno. Entre todas agreden al personaje mitológico y allí concluye la historia.
Aunque se han tratado de obtener copias para estudiar a detalle el corto de cuatro minutos, solo existe una que conserva, aparentemente, un coleccionista español, según Hernán Panessi, autor del libro ‘Porno argento! Historia del cine nacional triple X’.
¿Quiénes fueron los protagonistas?
Desafortunadamente, no existe información de quiénes fueron los actores, actrices y el realizador de la película. Pero los historiadores creen que están relacionadas a personas que trabajaban en clubes nocturnos o burdeles que eran habituales en Buenos Aires y alrededores en esa época.
Los expertos dicen que las primeras películas porno de la historia eran cortas e iban destinadas solamente a un público masculino de élite u hombres de alta sociedad. Ellos se reunían en clubes de caballeros y, de manera clandestina, producían estos cortos, ya fuera en cines improvisados, peluquerías o prostíbulos.
Por el lado del elenco, las actrices, en su mayoría, eran prostitutas. Los actores, por su parte, preferían ocultarse detrás de disfraces y papeles pecaminosos para no revelar su identidad.
No obstante, hay expertos que no están de acuerdo con dichos argumentos y aseguran que no creen que se haya grabado en Argentina y tampoco en la época mencionada, ya que las imágenes y edición se consideran más modernas a las del siglo XX.
Andrea Cuarterolo, doctora en Historia y Teoría de las Artes, estudiosa del cine silente latinoamericana, cree que las características de ‘El Sátiro’ son avanzadas en comparación a la época.
“Si efectivamente se hubiera filmado en Argentina en la primera década del siglo XX, no me cabría duda de que fue filmada por un extranjero con bastante experiencia en el medio”, mencionó Cuarterolo, citada por el medio argentino ‘TN’.
Asimismo, explicó: “Hay un montaje complejo que alterna planos cortos y largos, hay movilidad en la cámara e incluso una marcada sofisticación en el tema que tiene puntos de contacto con la mitología, la pintura y la alta cultura en general”.
A medida que Cuarterolo investigaba a profundidad la película, más dudas rondaban su cabeza: ¿dónde se rodó en realidad?
“Cuando empecé, lo que más me interesaba rastrear era de dónde había salido esa idea absolutamente instalada de que el primer film porno era argentino. No me convencían las hipótesis que me señalaban algunos de que se trataba de una típica fanfarronada argentina porque era algo que venía de larga data y que sostenían incluso investigadores extranjeros especializados en el género”, contó.
Según ella, no se puede precisar a Argentina como fundadora de la pornografía en el continente: “Podemos hacer todas las hipótesis que queramos, pero no hay ninguna prueba de que la película se haya filmado en la Argentina ni que sea tan temprana como sostienen los investigadores y menos aún de la nacionalidad de su productor”.
Si no fue en Argentina, entonces, ¿dónde pudo haberse grabado?
Frente a tantas teorías, también se encuentra la de Dave Thompson, autor de ‘Black and white and blue’, un intento exhaustivo por reconstruir la historia de la pornografía, quien cree que en realidad pertenece a México.
“Creo que el aspecto religioso es el más interesante. Había un montón de películas como esta hechas en México cuando el país fue modernizado por el presidente (Venustiano) Carranza. Eran películas casi de propaganda que decían: ‘Mira lo hipócrita que ha sido la iglesia y mira cómo trata a la gente”, explicó Thompson en entrevistas.
Con tantas teorías, hipótesis, rumores, cada vez es más imprecisa la fecha y lugar de grabación. Ante la falta de datos y copias, su lugar de origen y protagonistas se mantienen en el anonimato.