Filmes que se repiten una y otra vez o cintas que sorprenden al exhibirse en los canales de televisión ecuatorianos. Los espacios de cine en señal abierta están marcados por los convenios con las distribuidoras o las grandes casas productoras de películas, también por los gustos y reacciones del público o por los criterios de programación de cada canal.
¿Cuántas veces ha visto las travesuras de ‘Mi pobre angelito’ o al enorme san bernardo ‘Beethoven’? y ¿cómo llegaron determinadas películas a presentarse en la TV nacional? Son preguntas que abordan al televidente una vez que enciende el aparato, toma el control en sus manos y la pantalla se llena de imágenes.
fakeFCKRemoveSegún explica Eulalia Eguiguren, gerenta de Programación de Teleamazonas, los canales de televisión tienen convenios de exclusividad con las casas productoras y con los distribuidores cinematográficos. Esos convenios consisten en dar al canal la primera opción de compra de toda su producción; aquello que no se adquiere es ofrecido a las otras señales. Teleamazonas tiene convenio con Fox y comparte con Ecuavisa, la exclusividad de Warner.
Para la adquisición de películas, el convenio estándar es un contrato por dos años o por pasar tres veces la cinta. Cuando el contrato termina, ya sea porque el plazo se venció o porque se cumplieron las repeticiones, existe la opción de renovar.
La decisión dependerá de los resultados de las evaluaciones en los niveles de audiencia. Eguiguren pone el ejemplo de ‘Mi pobre angelito’, un filme que generalmente se exhibe en diciembre, en época navideña, que se vuelve a ver y que sigue gustando; o de ‘Shrek 2’, una película que se recontrata por el gran éxito que obtiene.
Una vez que el contrato concluye y no es renovado, la casa productora puede exigir la devolución o la destrucción, ante notario público, de la copia.
Si bien Eguiguren menciona que el valor de un filme es un dato complicado de dar por cuestiones de negociación y mercadeo, el costo puede ir desde los USD 5 000 o superar los USD 50 000. La cifra depende del filme, de la productora, de la negociación y de la cantidad de público televidente objetivo (las condiciones no son las mismas para el mercado de Ecuador, de Colombia o de México).
Asimismo, el tiempo que tarda un filme en llegar a la televisión de señal abierta está en relación con la taquilla alcanzada (tomando como referencia la cantidad obtenida en EE.UU.). Generalmente, luego de un año de su estreno, la cinta llega a la TV por cable y luego de tres, a la señal abierta. “En el caso de ‘Avatar’ (James Cameron, 2009), una megapelícula, puede tomar unos cuatro años”, señala Eulalia Eguiguren.
Un caso diferente en cuanto a la posibilidad de exhibir cine en la televisión nacional es el de Ecuador TV y su espacio Nuestro Cine. Allí, a través del apoyo de Ibermedia TV, un convenio entre las televisoras públicas de Latinoamérica y las casas productoras se logró que 52 filmes iberoamericanos se transmitan en cada país participante hasta febrero de 2011.
La película argentina ‘El mismo amor, la misma lluvia’, de Juan José Campanella abrió este espacio en Ecuador. ‘Ratas, ratones y rateros’, de Sebastián Cordero, es una de las películas incluidas en el circuito, donde también se cuentan ‘La ley de Herodes’ o ‘Garage Olimpo’.
Los criterios para programar las películas están en dependencia con los horarios (familiar o nocturno) y con los comportamientos y actitudes del público, los cuales varían de los días entre semana y sábado o domingo. A ellos también se condiciona la selección de géneros.