Durante ocho días, el compositor de Guayaquileño madera de guerrero y Ambato, tierra de flores permaneció asilado en el hospital- clínica Kennedy, en el norte de la urbe porteña.
Carlos Rubira Infante ingresó allí el pasado 5 de octubre y salió ayer del centro hospitalario, luego de que los médicos le tomaran una muestra para realizar una bioxia prostática al paciente.
“Los médicos dijeron que estaba mejor; lo enviaron a descansar a casa mientras están los resultados de la bioxia”, indicó su hijo Pedro. Él agregó que su padre permanece de buen ánimo y que estuvo ansioso en salir, para ver el paisaje de su ciudad.
Mientras descansa, el artista quien integró el dúo Vera Santos-Rubira durante su juventud, debe tomar medicamentos, para evitar decaimientos.
En caso de que se requiera una intervención quirúrgica, esta debe ser programada para después de 15 días, según le explicaron los médicos a Pedro Rubira. Él ayer se mostró agradecido por las muestras de afecto del público hacia su progenitor.
Rubira Infante permanece en su domicilio, ubicado en la ciudadela Las Acacias, con su hija menor, Gilda.
El 16 de septiembre cumplió 89 años. Durante su carrera ha compuesto al menos 400 canciones entre pasillos y pasacalles, sanjuanitos, albazos y valses.
El Gobierno le otorgó, en el 2008, el premio Eugenio Espejo y hoy es profesor de la Escuela del Pasillo, del Museo Julio Jaramillo.