El veterano luchador de origen mexicano Rey Mysterio ha vuelto con fuerza al ring después de dos años recuperándose de una lesión, en una especialidad a caballo entre el deporte y el entretenimiento, pero en la que “los golpes son reales y duelen”, ha explicado hoy en una entrevista.
“Cuando subo al ring, me siento como un deportista, no como un actor”, asegura Óscar Gutiérrez Rubio, el hombre que abrió el camino a luchadores como él, de “baja estatura y poco peso”, a la franquicia estadounidense WWE, poblada de gigantes y con la que acaba de renovar su contrato, que expiraba en mayo, aclara.
El entretenimiento, explica sin quitarse la máscara que caracteriza a Rey Mysterio, famoso por sus acrobacias aéreas, “viene cuando se habla por el micrófono y se explica el personaje o la historia de algún luchador”.
Y todo ello en pabellones que pueden albergar hasta a 70 000 espectadores, como en su próxima cita del 7 de abril en Nueva Orleans (EE.UU.), explica el luchador de la WWE, que ha viajado a Madrid para promocionar la emisión de este espectáculo en el canal Neox.
La televisión es una de las múltiples vertientes de un negocio que factura miles de millones de dólares y que sigue expandiendo su popularidad en todo el mundo, hasta “en países que nunca hubiera imaginado, como Turquía”, apunta Rey Mysterio, que después de España viajará a Italia para seguir hablando de este “espectáculo familiar”.
Las luchas se articulan sobre eventuales conflictos entre personajes, algo que, explica, el espectador tiene que ver como parte del “entretenimiento”, porque los luchadores no suben al ring para lastimarse, “pero accidentes hay, porque los golpes son reales y a veces duelen”.
Un evento de este tipo, que dura cuatro horas, “es espectacular, algo difícil de explicar”, dice y confiesa que en su relación con los fans antes era “más cuidadoso con el personaje” y no se quitaba nunca la máscara; ahora, si le reconocen en un aeropuerto y le piden una foto, se lo toma “con gusto”.
Rey Mysterio llegó hace trece años a la WWE dispuesto a quitarse la máscara, ya que, a diferencia de la lucha mexicana, en ese país no era habitual, pero le pidieron que se la dejase y ya se ha convertido en un elemento importante para la “mercadotecnia y atractivo para los niños”, explica.
Su figura, consagrada ya con un título mundial, se verá ahora en una nueva serie de animación en la que superestrellas de la WWE interpretan un tipo de trabajo que podrían tener fuera del ring, aunque para él no está aún elegido.
Rey Mysterio asegura que está “intrigado” sobre la función de su nuevo muñeco, pero apunta que él “le entra” a todo: “Cocino, soy amo de casa, limpio y barro”.
“Mi madre nos educó en eso desde chiquitos; yo era el hermano menor de cuatro. Cada uno teníamos un quehacer en la casa, y a mí me tocaba limpiar los baños y aspirar”, explica el luchador, nacido en San Diego (EE.UU.) hace 39 años.
El entrenamiento diario de este luchador, cuyos musculosos brazos están cubiertos casi al completo de tatuajes, incluye una terapia específica para dotar de mayor resistencia a sus rodillas y obtener más agilidad durante sus movimientos en el ring, un ámbito en el que seguirá un tiempo.
“La retirada es algo a largo plazo para mí”, asegura. “Esta es mi casa, y espero que ellos también me sientan como un hijo”, concluye Rey Mysterio.