El príncipe de Mónaco,Alberto II y su novia la nadadora sudafricana Charlene Wittstock se casarán a inicios de julio del 2011.
Tras más de diez años de relación, el Príncipe y la nadadora se darán el sí.
El viernes 8 de julio del 2011 se casarán el civil en el palacio principesco y por la Iglesia el 9 de julio, anunció ayer un comunicado de la Casa del Príncipe en Mónaco.
El casamiento religioso se celebrará en Mónaco, un mes después de anunciar el compromiso del Príncipe, de 52 años, con la nadadora de clase media, de 32.
La Casa del Príncipe es de momento discreta sobre los detalles de la celebración.
La boda muy esperada por los monegascos, algunos de los cuales aguardan ese momento desde hace 30 años, atraerá a las cámaras del mundo entero.
“Es una boda de considerable importancia. Pueden esperarse al menos unos 2 000 periodistas. Mónaco despierta fascinación. Es una fábrica de sueños permanente”, dijo el comentarista de la vida de la familia principesca, Stephane Bern, que comentará en directo la ceremonia para el canal francés France 2.
En su opinión, el fervor por la boda de Alberto II y de Charlene podría igualar al que rodeó el enlace de sus padres, Rainiero III y la actriz estadounidense Grace Kelly, celebrado los días 18 y 19 de abril de 1956, en una boda que simbolizó la unión del Principado y de Hollywood.
Asistieron a aquellos festejos numerosas estrellas de la época, incluido el cineasta Alfred Hitchcock, que fue padrino de la contrayente, y que fue cubierta por 1 800 periodistas.
La boda, dentro de un año, marcará un hito en la historia del Principado y por supuesto en la vida de Alberto II y de Charlene Wittstock, diez años después de haberse conocido en Mónaco, donde la campeona sudafricana de natación nacida en Zimbabue ganó una medalla de oro.
La pareja hizo pública su relación durante los Juegos Olímpicos de Turín en el 2006.
La presencia de Charlene Wittstock junto a Alberto II durante el casamiento de la princesa heredera Victoria de Suecia, el 19 de junio pasado, significó para los observadores de las familias reales y principescas europeas una “forma de oficializar” la relación iniciada años atrás.
Aquel a quien muchos consideraban un soltero empedernido terminó por confesar semanas atrás que “ fundar un hogar y tener niños” será el próximo capítulo del cuento de hadas del Príncipe y la nadadora.