Como inspirado en los personajes de Louis Stevenson (Dr. Jekyll y Mr. Hyde), Raúl di Blasio se transformó en dos músicos durante el recital que ofreció la noche del pasado sábado, en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura. Ambos, sin embargo, se dejaron embelesar por la doble emoción de interpretar entrañables piezas musicales que a su vez evocaban grandes momentos de la historia del cine. Fue la primera vez que presentaba en Ecuador el concierto con el que el pianista argentino le rendía un homenaje al cine desde el plano musical en el proyecto Di Blasio Sinfónico de Película.
El primer artista en escena era un pianista desenfadado y carismático. Cinco músicos de su orquesta lo acompañaron en un recorrido que transitó primero por algunas partituras clásicas y universales como las de Für Elise. La bagatela para piano, quizá una de las piezas más conocidas de Ludwig van Beethoven, ha musicalizado películas como ‘Muerte en Venecia’, ‘Fearless’, Patch Adams’ o ‘El bebé de Rossmary’.
Di Blasio bromeaba con el público mientras se deshacía de la bufanda y una chaqueta oscura que combinaban con un pantalón negro y una camisa blanca para continuar repasando varios de sus temas propios con los que se mereció el título del ‘Piano de América’. El tema Barroco arrancó una ovación unánime entre los asistentes.
Ariel, una niña de 10 años, sorprendió al pianista con un ramo de flores y un recado de amor de parte de Fátima, su novia ecuatoriana. El argentino se olvidó de los libretos y empezó a improvisar mientras atendía las solicitudes de su público.
El legendario Frank Sinatra revivió entre las notas de My Way y lo mismo Carlos Gardel cuando sonaron los acordes de El día que me quieras.
Un bandoneón, con 82 años de historia, en manos de Gabriel Fernández se robó por un momento el protagonismo mientras exhalaba las notas de Volver, tema de Gardel que inspiró y ambientó musicalmente la película homónima del español Pedro Almodóvar.
Fue una primera parte en la que el ‘modesto’ pianista recibió con los brazos abiertos el amor de su novia y el de su público. Luego de un breve receso. Las luces volvieron a iluminar el escenario donde más de 30 músicos se acomodaban frente a los atriles con sus instrumentos de cuerda, viento y percusión. A la orden del maestro Larry Salgado, My heart will go on, el tema central de la película ‘Titanic’, abrió de nuevo el recital.
Un segundo pianista aparecía en escena. Era el mismo Di Blasio. No solo había cambiado de traje, que ahora combinaba un pantalón y buso negros con una chaqueta roja, también se mostraba más reflexivo y romántico sin perder su carisma.
En un salto del tiempo a la década de los años 80, el recuerdo de la actuación de Christopher Reeve y Jane Seymour recorrieron el escenario cuando sonaron las notas de Somewhere in time. La genialidad del compositor Ennio Morricone mereció un homenaje especial en la interpretación de los temas centrales de los filmes ‘The Mission’ y ‘Cinema Paradiso’.
Solicitada insistentemente por el público, Di Blasio se entregó a las notas del “tango de Al Pacino”, refiriéndose con gracia al tema Por una cabeza de Gardel, que sirvió de cortina musical para que el actor estadounidense demostrara sus aptitudes para el tango junto a Gabrielle Anwar en una memorable escena de la película ‘Perfume de mujer’.
Libertango, Zhivago, I dream a dream, Sound of music fueron otros temas que revivieron grandes escenas del cine mundial. Di Blasio devolvió el gesto romántico de su novia dedicándole el tema Love Story, en una noche donde los besos de película se dejaron apabullar por el romance de un público enamorado de la música.