La película tiene como protagonistas a Gary Oldman y Antonio Banderas, quienes interpretan a Jürgen Mossack y a Ramón Fonseca. Foto: Imágenes de Cortesía Netflix
Uno era inmigrante alemán y el otro, un aspirante a escritor. En 1986, los dos fusionaron sus despachos y crearon el bufete panameño Mossack Fonseca. Tres décadas más tarde, la filtración de millones de documentos de la firma hizo público lo que era un secreto a voces: la existencia de miles de empresas fantasma en paraísos fiscales.
La filtración de estos documentos, que ahora se conocen como los Papeles de Panamá, no solo trastocaron el mundo de Jürgen Mossack y Ramón Fonseca, quienes vivían en una especie de paraíso terrenal, sino la de cientos de personas vinculadas a la economía, a la política, al espectáculo, al deporte y al mundo criminal, cuyos nombres aparecían de forma recurrente.
Poco tiempo después de este acontecimiento, que causó un remezón social a escala mundial, el director estadounidense Steven Soderbergh pensó que sería una buena idea usar esta historia como pretexto para contar cómo funcionan aspectos de la economía que para la mayoría de nosotros son pura ficción: el manejo de dinero a gran escala, los créditos, el mundo de las aseguradoras, las empresas fantasma y los paraísos fiscales.
Después de cuatro años y de decidir que no solo sería el guionista sino el director de la película, Soderbergh estrenó en el Festival de Venecia de este año ‘La Lavandería’, una película que también pudo llamarse ‘Los Papeles de Panamá para Principiantes’ por su impronta lúdica y educativa.
Explicar cómo funciona el mundo financiero a las personas que no han estudiado economía no es una empresa fácil. En el 2015, el director Adam McKay hizo su mejor esfuerzo en ‘La gran apuesta’, un filme en el que visualizó el mundo de la crisis financiera que se vivió entre el 2007 y el 2010, por la acumulación de viviendas y la burbuja económica.
La voz en off que McKay utilizó en esta cinta es reemplazada en ‘La Lavandería’ por dos estrellas de Hollywood: Gary Oldman y Antonio Banderas, que interpretan a Jürgen Mossack y Ramón Fonseca. Personajes que con sarcasmo, siempre que hablan miran directo a la cámara eliminando la distancia con el espectador (lo que en el teatro se llama la ruptura de la cuarta pared), dan cuenta del funcionamiento de su firma de abogados.
Soderbergh también juega con la sátira, la burla y con la ironía. En el inicio de la cinta, que está disponible en Netflix, lanza la frase “basada en secretos reales”, un guiño a todos los secretos que se conocieron de la firma Mossack Fonseca.
Lo siguiente es una reflexión educativa sobre la vida oculta del dinero. Muchos de nosotros pensamos que solo puede estar en monedas y billetes pero la verdad es que, como lo dice el personaje de Mossack, puede tener muchas formas. Una de esas es la de otros papeles llenos de letras que pueden servir para obtener algo muy deseado en el mundo contemporáneo, los créditos.
La cinta también lanza una crítica hacia la corrupción y la codicia que se develó con los Papeles de Panamá, y a cómo estas no solo afectan, como muchos erróneamente podrían creer, a las grandes empresas involucradas, sino a personas comunes y corrientes como Ellen Martin, una mujer jubilada, interpretada por la mítica Meryl Streep, quien pierde a su marido en un accidente ocurrido en un apacible lago de Nueva York.
Cuando Ellen quiere cobrar las pólizas del seguro se da cuenta que estas fueron compradas por una compañía fantasma ubicada en un paraíso fiscal. Alentada por su deseo de encontrar una nueva conexión con su esposo, y con algo de ingenuidad, empieza a tocar puertas para encontrar a alguien que le explique por qué no puede cobrar el dinero que en teoría debía recibir.
Ellen es una neoyorquina jubilada pero también podría ser una madre soltera de Ciudad del Cabo, un estudiante universitario de Santiago de Chile, una maestra de Barcelona o un artista de Seúl, porque una de las cosas que se muestra con crudeza en este filme es que el problema de la corrupción y la falta de ética financiera es una epidemia mundial.
Basado en el libro de no ficción ‘Secrecy World: Inside the Panama Papers Investigation of Illicit Money Networks and the Global Elite’ escrito por Jake Bernstein, la película también pone el acento en la impunidad en la que quedan casos como el de Ellen y hasta dónde pueden llegar las personas con poder económico, social o político para seguir enriqueciéndose a costa de otros.
La crítica de Soderbergh también alcanza a su país. Hacia el final de la cinta el personaje de Fonseca mira a la cámara y pregunta sin empacho: “si nosotros somos los perdedores, ¿quiénes son los ganadores?”. La respuesta se la da él mismo: “Estados Unidos es el paraíso fiscal más grande del mundo. Mossak Fonseca ya no existe, pero hay muchos otros bufetes como el nuestro que siguen operando en todas partes del mundo”.
La película -clase de economía global para ‘dummies’- de Soderbergh concluye con Meryl Streep, el ícono de la industria, despojándose de su personaje para lanzar un alegato a favor de la defensa de la democracia y contra las fallas del sistema capitalista, al puro estilo de Noam Chomsky.
“Llegó el momento de hacerse preguntas. La evasión fiscal será difícil de resolver si los funcionarios que elegimos suplican dinero a las mismas élites que tienen los mayores incentivos para evitar impuestos comparadas con otro segmento de la población”, dice.