Ni siquiera tomó el micrófono en sus manos y los asistentes ya la aplaudieron de pie. El viernes pasado, en la Casa de la Música, cubiertos con bufandas y abrigos, los espectadores recibieron a Olguita Gutiérrez con una sonora muestra de cariño. Una hora y media antes (a las 20:00) ese mismo público suspiraba en silencio con el popurrí de pasillos y pasodobles que interpretó el Trío Equinoccio. La velada, de antemano, estaba dedicada al romance y a la nostalgia. Eso se pudo apreciar cuando Santiago López, animador y organizador del programa, cantó un set de boleros. También se encargó de anunciar a la “estrella que sigue brillando con luz propia”, al tiempo que se disculpó por los inconvenientes técnicos que surgieron al inicio del espectáculo.Con un vestido amarillo y zapatos dorados, Olguita se acercó al centro del tablado y atinó a sonreír y enviar besos volados ante tal bienvenida. “Parece una muñequita”, comentó Julieta Hidalgo al ver a la ex vocalista principal del Trío Los Brillantes. Sin más precedentes, las guitarras, el bajo, el requinto y la percusión formaron una corte para la voz de Olguita, quien lucía una roja cabellera. El Canelazo sonó como una invitación para que sus seguidores suelten el cuerpo y se desinhiban de a poco. Luego de los aplausos, la artista agradeció la concurrencia de los presentes, que llenaron casi por completo el lugar. La siguiente pieza fue con dedicatoria. Gutiérrez interpretó Acuérdate de mí (pasillo compuesto por el ‘Potolo’ Valencia), en honor a su colega Juan Fernando Velasco y a su esposa, quienes disfrutaron de la presentación sentados cerca de la primera fila. “Este músico joven está haciendo un esfuerzo maravilloso por rescatar nuestra música nacional”, manifestó la cantante nacida en Argentina y radicada en Ecuador desde hace 48 años. Dicho esto, lo invitó al escenario y repitieron a dúo una estrofa del tema de Valencia. Al final de la interpretación, Velasco le entregó a Olguita una placa en reconocimiento a su trayectoria de cerca de 50 años. Cerca del final de la velada, la homenajeada cantó Noche de boca grande, Esta pena mía, Quito bohemio y remató con el albazo Taita Salasaca. Durante este último, la mayoría de butacas quedaron vacías, pues sus ocupantes se pararon para agitar sus pañuelos. Marta Bautista salió contenta luego de disfrutar en vivo a su “artista favorita”, aunque se quedó con las ganas de escucharla interpretar Mi propiedad privada.