Una película de diálogos y primeros planos. Una película de profundo amor y profunda ruptura. Una película que hace de las referencias artísticas y literarias un motivo en su estructura.
La ganadora de la Palma de Oro, en Cannes, ‘La vida de Adèle‘, construye así su narrativa visual y consigue que la belleza se imponga a cualquier indicio de controversia. Su director, Abdellatif Kechiche, comprende que palabras son emociones y con la cámara atada a los rostros de sus personajes capta el brillo del deseo, la opacidad de la desesperanza, el sobresalto, la calma, la felicidad, la vida… El subtítulo del filme especifica la estructura del relato: capítulos uno y dos. En esos dos períodos Adèle (gran interpretación de Adèle Exarchopoulos) se descubre como individuo ante el mundo, lo hace cuando conoce a Emma (rol de la también solvente Léa Seydoux) y juntas establecen una relación amorosa. En un principio la Adèle colegiala enfrenta un conflicto sobre su identidad sexual, en relación con el fingimiento y la presión social. Luego con la complicidad e incidencia de Emma consigue experimentar y comprenderse. Mas en la adultez, las diferencias entre ambas y los trances de la convivencia resultan en la disolución de la pasión (expresada también con el cambio del color de cabello de Emma).
El retrato de esa relación se ubica entre lo florido y lo descarnado; para absorber los referentes pictóricos que se citan en el filme, el erotismo entre Adèle y Emma tendría tanto de Gustav Klimt como de Egon Schiele. La relación con las artes también se muestra en esta cinta, que toma la novela ‘La vida de Marianne‘, de Marivaux, como asiento de la búsqueda existencial de la protagonista. Además, la idea de Kechiche se complementó al realizar una adaptación libre de la novela gráfica ‘Le bleu est une couleur chaude‘, de Julie Maroh.
No se trata de una película hecha para reivindicar las identidades sexuales ante la intolerancia de ciertos sectores, sino de una exploración por los diferentes aspectos del enamoramiento: la seducción de la piel, la confianza desde el humor, el atractivo del intelecto, sin descartar las experiencias sexuales y la apertura de sentidos y sensaciones que acarrean.
Con honestidad emocional, ‘La vida de Adèle‘ está para mucho más que ser definida por la controversia que pueden suscitar las escenas sexuales explícitas y gráficas entre la pareja lesbiana. Frente a una composición elegante que no cede ante lirismos o imposturas, no pueden imputarse lecturas desde la disciplina de la moral; más aún cuando la censura parece estar más aterrada del sexo que de la violencia.
‘No importa el sexo (o la sexualidad) sino la búsqueda del amor’ se infiere en una escena de la película y con esa prerrogativa Kechiche indaga en el placer y la tristeza de la relación amatoria, dejando espacio para las ambigüedades, al no jugarse por resoluciones unilaterales.
El director apuesta por el naturalismo en la construcción visual y de los diálogos.
Léa Seydoux
La actriz y modelo francesa interpreta a Emma, una estudiante lesbiana -de cabello azul- a punto de egresar de la Escuela de Bellas Artes. Seydoux también es parte del elenco de ‘The Grand Hotel Budapest’, la esperada nueva película de Wes Anderson.
Adèle Exarchopoulos
La joven actriz francesa (20 años) sorprende en su interpretación de Adèle, papel por el cual fue premiada en Cannes y por una decena de instituciones y festivales. Para asumir el papel se presentó a un ‘casting’ y mantuvo múltiples reuniones con el director.