Adam Sandler vuelve con una fábula del sueño americano. Esta vez acompañado por cuatro reconocidos actores de la comedia estadounidense y de la mexicana Salma Hayek.
‘Son como niños’ cuenta la historia de cinco compañeros de colegio: Lenny (Sandler), Marcus (David Spade), Kurt (Chris Rock), Rob (Rob Schneider) y Eric (Kevin James) se reúnen para el funeral de su ex entrenador de basquetbol. Ahí recuerdan algunos pasajes de su vida infantil; incluido el triunfo de un campeonato interescolar.
Ese acontecimiento marcó la vida de los cinco muchachos y es el hilo conductor de la cinta.Al funeral los ex compañeros llegan con sus esposas, hijos y hasta con una suegra y es justamente ahí donde empieza la fábula americana. Las familias tienen problemas generados por el consumismo y modernismo: estrés, adicción a los videojuegos, presión laboral, hogares disfuncionales’
El director Dennis Dugan, permanente aliado de Sandler, propone una comedia costumbrista, quizá dirigida para un público estadounidense. El encuentro de los amigos coincide con el 4 de julio, celebración de la independencia de Estados Unidos.
Y los recuerdos son justamente esa añoranza de las cosas que, según la película, se hacen en un pequeño pueblo de EE.UU. Eso obliga a que los cinco amigos replanteen su vida respecto a sus seres queridos.
En ese proceso se acentúan las situaciones cómicas. Los adultos empiezan a cometer travesuras para mostrar a sus familias cómo se divertían cuando eran niños. Esto permite ir hilvanando la fábula hasta que se fundamente la moraleja de la película: el modernismo golpea a las familias, pero la vida en zonas rurales ayuda a mejorar las relaciones del hogar, al menos de los personajes principales de esta fábula.
Los chistes, sin embargo, son fáciles y recurrentes, sin un aporte de los actores. Hay desde golpes contra árboles, situaciones con tinte sexual y malos entendidos que a la larga consiguen el fin de esta película: hacer reír, aunque esto solo se consigue en determinados momentos de la producción.
A esto se suma que no existe química entre Sandler y Hayek. La mexicana se muestra distante y hasta, en cierto sentido, no es parte de las travesuras que pretenden mostrar el director para Sandler y compañía.
La cinta no tiene ninguna pretensión cinematográfica. Los movimientos de cámara son simples y permiten el flujo rápido de la película. Eso evita que, por falta de una historia más contundente, la película sea aburrida.
Sin embargo, Sandler sigue encasillado en este tipo de películas. La crítica internacional incluso lo cataloga como predecible y aburrido.