Miss Universo, su infancia y adolescencia

Desde que era pequeña, la mexicana Jimena Navarrete, ganadora del Miss Universo, sabía que su belleza la llevaría muy lejos. Fue muy coqueta, pues le gustaba mucho que le tomaran fotografías.

Su infancia fue como la de cualquier otra niña, quien dividía su tiempo entre los estudios y los juegos con su hermana menor, Alejandra, y sus padres, Gabriela Rosete y Carlos Navarrete.

Contando con el apoyo familiar, durante la adolescencia la actual Miss Universo se interesó en el mundo del modelaje, al cual se integró desde que tenía 15 años.

Fue su tía, la diseñadora Reina Díaz, quien le dio un importante impulso en su carrera, al recomendarla con Juan Mario Sosa, director de la agencia Citro Modelos, donde trabajó desde entonces. Desde el principio, su belleza llamó la atención de importantes marcas y tiendas, consiguiendo contratos con Liverpool, Sears, Modama, Intermoda, N&N, Rexona, Sapica, entre otras.

Díaz siempre creyó en su sobrina; en su página de Internet, antes de ingresar a la información de su nueva colección, aparece una fotografía de la joven a quien le dedica estas palabras: “¡Felicidades! Sabíamos que lo lograrías. Nos llenas de alegría y orgullo”.

En el Cervantes Costa Rica terminó la preparatoria. Allí conoció a Carla Carillo, Nuestra Belleza 2008 y quien representó a México en Miss Universo 2009. “Ella era una chica seria y estudiosa”, recuerda Carla.

“Siempre ha sido muy guapa. Los chicos del colegio la veían pasar y se quedaban con la boca abierta”, dijo Carrillo durante la emisión del concurso. La estima tanto que no pudo contener las lágrimas cuando Jimena recibió la codiciada corona de diamantes.

 

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