La cuenta oficial en Twitter del Aeropuerto de Quito publicó las primeras fotografías de la llegada de Metallica a la capital.
Llegada del avión con el grupo Metallica al @AeropuertoUIO pic.twitter.com/2yLqWqSOsM
- Se enciende el ambiente para el concierto de Metallica en el Bicentenario
A pesar del plan de contingencia implementado por la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT)– cierres de vías y desvíos- desde las 14:00 existe congestión en las calles y avenidas cercanas al Parque Bicentenario.
Por ejemplo, en la av. El Inca la congestión se presenta en sentido Oriente- Occidente y en la av. Amazonas (en el sector de El Labrador) se presenta en el sentido sur-norte. Mientras tanto, en la av. De La Prensa la congestión se presenta desde el sector de La Y hasta la zona del antiguo aeropuerto.
Mientras los aficionados esperan para ingresar al Parque Bicentenario la enorme estructura armada desde hace una semana, sobresale detrás del edificio del antiguo aeropuerto de Quito. En unas horas, este será el escenario sobre el cual los integrantes de Metallica deleitarán a sus fanáticos ecuatorianos.
En las inmediaciones del Parque Bicentenario se observan grupos grandes y pequeños de personas, que vestidos de negro de pies a cabeza, se dirigen a las entradas del espacio destinado para el concierto.
Algunos fanáticos aprovechan el tiempo de espera previo al ingreso, para almorzar brevemente. Cinco fanáticos que se encuentran apostados en la entrada del centro de convenciones, sostienen recipientes blancos en sus manos y, con apuro, se llevan bocados de comida a la boca.
El ambiente al interior del parque de a poco, comienza a encenderse pese a la continua llovizna presente en el sector. Algunas tonadas de guitarras eléctricas se escuchan provenientes de algún lugar dentro del Parque Bicentenario.
En los exteriores los la presencia de vendedores es tan constante como la lluvia. Ofrecen espumilla, mangos con sal, chicles, chupetes, cigarrilos y sobre todo ponchos de agua multicolores.
Mientras tanto, en el espacio destinado tiempo atrás para la salida internacional del antiguo aeropuerto, están congregados los miembros de la Policía Nacional y personal de seguridad identificados con chalecos naranja fosforescentes.
Quienes integran los grupos de seguridad reciben instrucciones de sus superiores en los exteriores del parque y unos cuantos aprovechan para fumarse unos últimos cigarrillos. Todos sin excepción están vestidos con prendas negras.
A las 15:39 aproxiamdamente, la zona de mayor flujo de personas-fanáticos, policías y vendedores- es en la entrada al parque situada sobre la av. Amazonas, frente a la calle Sbte. Juan Holguín.
La fila para ingresar al evento da la vuelta al parque y llega hasta la av. 10 de Agosto. Los asistentes entran ordenadamente y de forma fluida. El personal que controla la entrada reitera que solo las personas con entrada pueden ingresar. A escasos metros de distancia los gritos de los revendedores no cesan.
“Compro localidades si le sobran” se escucha de una voz femenina y otro revendedor vestido de rojo repite por enésima vez “preferencias y VIP, preferencias y VIP”.
En el carril de la av. Amazonas sentido norte y sur los autos y buses circulan con normalidad, pero con precaución por la continua presencia de peatones que cruzan la calle.
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- La espera de los fanáticos
A las 17:00, el carril sur-norte de la Av. Amazonas es territorio de los fans de Metallica y también de los vendedores de comida. El olor a cigarrillo se confunde con el aroma de las salchipapas.
A la mitad de la vía la fila se transforma en un conglomerado de gente. Por el asfalto las personas no dejan de circular. Algunos buscan caras conocidas en la cola, para aliviar la fatiga de una larga espera.
“Hay demasiada gente” dice un hombre con acento costeño que habla por el celular, sin dejar de avanzar entre la masa de metaleros. Hay quienes ni intentan integrarse a la inmensa fila y solo esperan -acostados, sentados o jugando cartas- en la acera del frente.
No faltan los fanáticos que ante la presencia de las cámaras de televisión improvisan un ‘mosh’ al ritmo de un tema de Metallica que suena a través de un parlante de un vendedor de discos.
El reloj marca las 17:40, el piso se llena de basura, restos de botellas, envases de bebidas y de golosinas. Nubes grises vuelven a cubrir por completo el cielo y la temperatura baja.
Las horas avanzan y la gente no deja de llegar hasta las inmediaciones del parque. La desesperación aumenta cuando algunos ‘colados’ intentaban inmiscuirse en la fila y los policías y los demás asistentes protestan e intervienen. “Estamos en la cola desde ayer” grita un joven entre los chiflidos de queja.
Los seguidores de la banda de thrash metal no dejan de entrar y ser acomodados en sus respectivas localidades. A pesar de que el ingreso ocurre con rapidez el tamaño de la fila no disminuye. Y cuesta pensar cómo tal cantidad de personas entrarán al Bicentenario antes de las 20:00.