Maiguashca conectó al público quiteño con los sonidos que pasan desapercibidos...

En un extremo del patio del Centro de Arte Contemporáneo, Mesías Maiguashca permaneció junto a un computador y una consola de sonido, durante su concierto de música. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

En un extremo del patio del Centro de Arte Contemporáneo, Mesías Maiguashca permaneció junto a un computador y una consola de sonido, durante su concierto de música. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Mesías Maiguashca presentó la noche del 12 de enero del 2018 tres historias sonoras, entre ellas El Nagual escrita sobre un texto de Carlos Castañeda que hace referencia a las prácticas shamánicas. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Ayer, 12 de enero del 2018, se llenó el patio cubierto del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Quito. Unas 900 personas fueron parte de El sonido de las cosas, el concierto acusmático octofónico del compositor ecuatoriano (especialista en la nueva música electroacústica ), Mesías Maiguashca.

A las 19:45, minutos antes de que inicie el concierto el músico, radicado en Alemania, explicó que la presentación es acusmática porque no hay ejecutantes (personas que toquen un instrumento); y octofónica porque los sonidos que escuchan las personas y que fueron grabados con anterioridad salen de ocho altavoces (colocados, en este caso, en la parte superior del patio).

Los conciertos de Maiguashca, por lo general, representan un reto para el público porque salen fuera de los formatos clásicos de una presentación musical. Las luces del patio central se apagaron y los asistentes recibieron la consigna de cerrar sus ojos durante la presentación, que duraría cerca de una hora.

Durante ese tiempo, Maiguashca estuvo sentado en una mesa donde había una pequeña lámpara roja, un computador y una consola de sonido. Desde ese lugar, colocado en un extremo del patio cubierto, fue desplegando las tres historias sonoras que fueron parte de la presentación, entre ellas El Nagual escrita sobre un texto de Carlos Castañeda que hace referencia a las prácticas shamánicas.

En un extremo del patio del Centro de Arte Contemporáneo, Mesías Maiguashca permaneció junto a un computador y una consola de sonido, durante su concierto de música. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

¿Cómo suenan las cosas? Una de las características de la propuesta musical de Maiguashca es la capacidad que tienen sus obras para conectar al público con los sonidos que son parte de su vida cotidiana pero que muchas veces, por la saturación de ruido, pasan desapercibidos.

En este concierto el metal y el agua fueron dos de los protagonistas. ¿Cómo suena el choque de un metal con otro?, ¿qué recuerdos recrean esos sonidos en la mente de las personas?, ¿a dónde transporta el sonido del goteo del agua?, o ¿qué sensaciones provoca el choque de la chatarra? La respuesta está en los asistentes de este concierto. Cada uno, como explicó Maiguashca, fue invitado a vivir su particular viaje sonoro.

Antes de la presentación el compositor realizó la entrega oficial de la primera copia de un archivo digital, que contiene 50 de sus obras, al Archivo Equinoccial de la Música Ecuatoriana manejado por el investigador y pedagogo musical Pablo Guerrero. "Cada obra, explicó, incluye una grabación estéreo, una partitura y un pequeño comentario".

En su discurso Maiguashca explicó que antes de realizar esta donación se comunicó con varias instituciones culturales del país para que adquieran parte de su archivo pero de ninguna ha recibido respuesta hasta la actualidad. Finalmente el compositor hizo un llamado a reivindicar la música académica que se hace en el país. "La música académica está vivita y coleando" sentenció.

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