El actor Taron Egerton se pone los trajes vistosos de Elton
John para la película biográfica ‘Rocketman’. El británico Dexter Fletcher está a cargo de este proyecto. Foto: Cortesía
La música y el cine mantienen una íntima alianza desde las primerísimas películas de la historia. Aunque eran mudas, una orquesta se encargaba de interpretar música en vivo mientras el filme se exhibía. Ese vínculo era tan fuerte que no es casual que la primera cinta con sonido sincronizado haya sido ‘El cantante de jazz’ (1927), que cuenta la historia de una persona que huye de su destino de ser rabino para dedicarse al canto.
El matrimonio del cine con el rock, un género musical del que se han derivado subgéneros diversos desde el famoso rock & roll de los años 50, ha sido largo y prolífico, aunque con altibajos. Hay obras maestras como ‘Hedwig and the Angry Inch’ (2001), comedia y musical que cuenta la historia ficticia de una banda de rock de la Alemania comunista y cuyo líder es un cantante queer. Su director y protagonista, John Cameron Mitchell, recibió algunos premios por ese trabajo.
También está ‘Almost Famous’ (2000), de Cameron Crowe, quien incluso ganó el Oscar por el guion de esta historia, basada en su propia vida, sobre un reportero de la revista Rolling Stone que cubre a los roqueros. Las referencias al influyente grupo Led Zeppelin son la base del relato.
El primer gran papel de Gary Oldman en un largometraje fue, justamente, el de un roquero. O mejor dicho, de un punkero, Sid Vicious, el bajista de los Sex Pistols. Oldman ganó el premio de los críticos de Londres, aunque la película ‘Sid and Nancy’ (1986) no fue del gusto de los compañeros vivos de Sid Vicious.
Con ‘Bohemian Rhapsody’ es la primera vez que existe una película con alma roquera tan alabada y reconocida. El premio Oscar, por supuesto, no es el parámetro definitivo para determinar la calidad de una obra pero sí es un termómetro que refleja por dónde camina la industria del cine. El triunfo de ‘Bohemian Rhapsody’ es apoteósico: nunca antes un biopic de un roquero, Freddie Mercury en este caso, ganó el premio al mejor actor protagonista.
También se llevó el premio al montaje (¡el corazón de una película está ahí!) y también al sonido. Nada mal para una obra que no fue del gusto unánime de los críticos, pues fue la menos valorada de las ocho nominadas al Oscar en la categoría de Mejor película.
La taquilla también ha sido estupenda e histórica para una obra sobre rock, al recaudar USD 861 millones. Cintas emblemáticas con el rock como trasfondo como ‘A Hard Day’s Night’ (1964), con The Beatles como actores principales, o ‘The Wall’ (1982), basada en el doble álbum homónimo de Pink Floyd, jamás se acercaron a esas cifras.
Incluso supera a ‘School of Rock’ (2003), comedia comercial en que Jack Black interpretaba a un guitarrista fracasado que se hace pasar por maestro de secundaria y forma una banda con sus virtuosos alumnos. Esta cinta fue acusada de quitarle al rock su esencia contestataria, pero recaudó USD 131 millones y ha inspirado un exitoso musical teatral (el consagrado Andrew Lloyd Webber se encargó de la adaptación) y una serie de televisión.
El éxito de ‘Bohemian Rhapsody’ ha despertado el apetito del cine por el rock. Quizás es algo pronto para anunciar que estamos a las puertas de una cascada de biopics de estrellas y cintas inspiradas en las leyendas, pero este año habrá al menos tres películas que revitalizan la relación de los cineastas con el rock, cuyos pininos fueron las películas que Elvis Presley protagonizó en la cúspide de su fama.
La primera es ‘The Dirt’ y se verá desde el 22 de marzo en Netflix, cuyo olfato para las tendencias está más activo que nunca. De alguna manera se apunta a la propuesta de ‘Bohemian Rhapsody’ de mostrar los orígenes y problemas de la banda Mötley Crüe, famosa por su heavy metal pero también por sus excesos de drogas, fiestas y mujeres.
A diferencia de la cinta de Freddie Mercury, que mostró su estilo de vida con suavidad, en ‘The Dirt’ se ofrece algo más descarnado, a tono con lo que vivió Mötley Crüe, grupo que se empeñó en ser un puente entre el punk de los 70 y el rock pesado de los 80, pero con una carga de hedonismo y drogas en partes iguales.
‘The Dirt’ está basada en el libro ‘The Dirt The Dirt: Confessions of the World’s Most Notorious Rock Band’, escrito por Neil Strauss en colaboración con la siguiente alineación del grupo: Tommy Lee, Mick Mars, Nikki Sixx y Vince Neil. Los cuatro han tenido variados problemas con la Ley y hasta han ido a prisión. Los cuatro se hundieron en el alcoholismo y las drogas, llenaron sus pieles de tatuajes y también protagonizaron escandalosas relaciones con mujeres. Cómo olvidar el sex-tape de Tommy Lee con Pamela Anderson.
En mayo se entrenará en los cines ‘Rocketman’, biografía de Elton John, cantante y pianista inglés que está considerado entre los más exitosos de todos los tiempos. Dirigida por Dexter Fletcher y con Taron Egerton como Elton, también pondrá énfasis en los orígenes de la fama de esta estrella, la única en mantener al menos una canción dentro del escalafón Billboard durante 31 años consecutivos, desde 1970 hasta el 2000. También ha vendido 300 millones de discos y ha grabado 30 álbumes.
Si nos dejamos guiar por los avances, el tono de ‘Rocketman’ será similar al de ‘Bohemian Rhapsody’. Elton John, como su amigo Freddie Mercury, también tiene episodios de excesos, se negó a aceptar en público su homosexualidad (se casó para acallar los rumores), se sentía acomplejado por su físico y quería llegar a la grandeza a su modo.
La fortuna que no acompañó a Mercury sí estuvo con Elton John, quien tomó conciencia del impacto del VIH/sida, cambió de estilo de vida y se convirtió en un defensor de la causa de los homosexuales.
Finalmente, en junio se verá en los cines ‘Yesterday’, película de Danny Boyle que cuenta una historia disparatada pero que rinde honores a The Beatles: un músico de lo más normal se hace famoso debido a que es el único de todo el universo que recuerda las canciones de John Lennon y Paul McCartney.
Sí, suena desfasado y extraño, pero estamos hablando de Danny Boyle, director de ‘Trainspotting’, y del guionista Richard Curtis, escritor de ‘Cuatro bodas y un funeral’. Además, si está el rock, ¿qué podría salir mal?