Un debate candente en EE.UU. es la conversión al hinduismo de Julia Roberts. ¿Es un gag publicitario para su nueva película o una conversión? La pregunta más importante sería quizá a la propia actriz: ¿Perderá el papel de encantadora diva si deja de compartir las creencias religiosas de la mayoría de sus fans? Los estadounidenses llaman ‘sweetheart’ (encantadora o dulce) a las actrices con el papel de mujer simpática y natural en las comedias románticas. Y entre todas las Reese Witherspoons, Kate Hudsons y Katherine Heigls, la encantadora Julia Roberts es casi la reina. Su liderazgo nació en ‘Steel Magnolias’, ‘My best friend’s wedding’, ‘Notting hill’ o ‘Runaway bride’, sin dejar de lado ‘Pretty woman’, su gran filme. Su nueva cinta muestra a una mujer madura, decepcionada por la vida y por los hombres, que viaja por el mundo. Halla respuestas en el hinduismo. Algo similar le ocurrió a Julia en el rodaje de ‘Eat, pray, love’. Junto con su marido y sus tres hijos va a los templos. Ahí canta y ora y celebra, dijo a Elle. “Soy una hindú practicante”, afirmó. Su mayor receta del éxito es su naturalidad, reflejada a su negativa al botox y a las cirugías plásticas antiedad. En septiembre The Times of India y The Washington Pos hablaron de la conversión de Roberts. Este último subrayó que un 44% de estadounidenses profesa una fe en la que no fue criado. The National Post se preguntó qué tan en serio se toma Julia su conversión. El tema se debate en la Red. Mientras que algunos opinan que ahora tienen “un motivo más para considerar genial a Julia”, otros son escépticos. ¿No es así que desde que lo hicieron los Beatles siempre hay algún famoso que se convierte al hinduismo?, es una de las preguntas.