Un ambiente alegre, bohemio y con un toque secreto se siente al bajar por la estrecha calle Camino de Orellana. Este nombre no es muy conocido, pero lleva al sector de Guápulo.
Esta parte de la ciudad es como un sitio escondido, donde aún se conversan las paredes pintadas con dibujos coloridos y los moradores se conocen unos a otros.
A lo largo de la calle, que llega hasta la iglesia de Guápulo, están ubicados negocios de diferentes estilos, que van desde los cursos prácticos, hasta de diversión.
Antes del cementerio del sector, el color de las paredes resalta. Los dibujos se tornan más coloridos y las luces iluminan los filos de ciertas casas.
En la tarde y noche el tráfico vehicular que se forma en la empedrada vía no interrumpe el paso de quienes buscan un poco de distracción, tomar un poco de vino o simplemente contemplar la vista del sitio comiendo un plato típico de la ciudad y del barrio.
Los bares, cafeterías y restaurantes del lugar tienen un estilo que los hace únicos y que van de la mano con la armonía de todo lo que es Guápulo, dice Fidel Barzola, propietario de Café Arte.
Él ha vivido por más de 20 años en este tradicional barrio y asegura que el misticismo que guarda entre los muros de contención y las calles es inexplicable y que no se a borrado con el pasar del tiempo.
Los cafés del sector van de acuerdo al estilo del barrio. Pequeños, coloridos y acogedores. Los habitantes del lugar aseguran que quienes entran a Guápulo nunca dejan de visitarlo.
Cuatro bares-restaurantes funcionan entre el ingreso al barrio y el cementerio. El turismo en el sitio es constante, pero se intensifica durante el fin de semana (viernes y sábado).
Hay sitios que además de comida y bebida ofrecen también espacios para realizar conciertos pequeños o tocadas. Otros sirven también como galerías de arte para quienes buscan exponer su trabajo y de inspiración para los visitantes que quieren llevarse un recuerdo del sitio.
Los horarios de atención varían dependiendo el lugar. Así como también los platos, bebidas y costos de cada uno de los sitios de diversión.
Un café que explota la parte artística
En el Café Arte Guápulo se puede tomar un café especial y pintar mientras se ve el firmamento del barrio. Los usuarios que se animen a realizar un dibujo pueden dejar sus creaciones y se las colocará en las paredes del café, junto con decenas de cuadros, fotos y pinturas que decoran el sitio.
El estilo del Café Guápulo se creó hace 17 años. Ahora Fidel Barzola está a cargo del negocio, que inicio con su madre. Dos habitaciones y una terraza están disponibles para los usuarios.
El aforo del sitio es de 50 personas y los artistas pueden exponer sus cuadros en una de las paredes. Para esto se debe programar una cita previa y escoger, según la disponibilidad, una fecha para realizar la muestra.
Una de las bebidas recomendadas del lugar es el tradicional canelazo, pero aquí se lo hace de sabores: frutilla, mora y se está pensando en el de piña.
El lugar no cuenta con parqueaderos por lo que se debe estacionar el vehículo en la calle o en la vereda.
Atienden de lunes a sábado, de 18:00 a 24:00.
Los precios de las especialidades varían de acuerdo al tipo de comida o bebida. Una jarra de canelazos de sabores, para 7 personas, tiene un costo de USD 9.
Mientras que cada vaso de la bebida tradicional se vende por USD 1,75.
Ananké pizzería
Música, tradiciones y sabores en una pizzería
El sitio es uno de los más grandes del sector. Al ingresar el olor a queso derretido, tomate y orégano se siente. La pizzería Ananké es la responsable del aroma que sale por la puerta de entrada y que encanta a los paseantes.
A esta preparación tradicional italiana se le ha dado un toque local. La pizza guapuleña es una mezcla de sabores, donde predominan las conservas que son elaboradas por las mismas personas de la pizzería.
Pero no podría haber una pizza sin una bebida que la acompañe. Un coctel elaborado con jugo natural de sandia es la especialidad de la casa, según José Barrera, su propietario.
Todos los platos se cocinan en el horno de leña del lugar, lo que le da un toque distinto al momento de servir la comida.
70 personas pueden ingresar en el lugar. Atienden de lunes a sábado, en diferentes horarios. De lunes a jueves,
de 18:00 a 24:00 y viernes y sábado, de 18:00 a 02:00.
En promedio, una persona puede gastar USD 10 y comer y tomar un coctel típico de Ananké y disfrutar de música en vivo, según la fecha.
Palo Santo café -restaurante
Varios ambientes con un toque de nostalgia
El vino hervido es la bandera del café-restaurante Palo Santo. Pero también tiene una variedad de platos típicos con un toque especial, lo que los hace atractivos para los turistas nacionales y extranjeros, dice Gladys Roldán, propietaria del lugar. Las tortillas de papa son uno de los platillos recomendados.
En este restaurante se pueden encontrar diferentes ambientes para pasar un momento de diversión. En una de las salas, una chimenea recibe a los visitantes en medio de un ambiente místico y seductor, desde donde se puede ver el resto del barrio de Guápulo.
Hace seis años se abrió este sitio, que tiene en la pared de ingreso el dibujo de un árbol frondoso, que resulta llamativo para las personas que llegan.
Para llegar al lugar no se necesita reservación. La atención es de lunes a sábado, de 18:00 a 23:30.
El restaurante tiene una capacidad para 25 ó 30 personas sentadas.
El sitio es especial para parejas o grupos de amigos que buscan relajarse.
Chi Quito café
Guápulo esconde un sitio con un estilo europeo
Los sánduches, pasteles y bebidas son la especialidad de Erica Guidón, propietaria del café Chi Quito. Un sitio lleno de color y decoración alegre y encendida.
Esta europea le añade un toque singular a cada plato que ella mismo prepara. Dice que uno de los platos que más gustó a sus clientes es la torta de nuez, que tiene un costo de USD 2,50. Pero también se puede tomar un café de cualquier tipo.
Uno en especial se recomienda para quienes quieren abrigarse, el Irish Zhumir, es la bandera de esta cafetería, que tiene una capacidad para atender a 20 personas.
Este café tiene crema, café y un chorro de zhumir. Es una bebida delicada y suave a pesar de tener un licor típico del austro ecuatoriano en su preparación.El café abre de miércoles a domingo, desde el mediodía. La hora de salida no es específica, dice Guidón. Eso dependerá de la hora a la que se vaya el último cliente.
Está ubicado cerca del cementerio del sector. Los productos son preparados por la misma propietaria que atiende a los clientes.
El café abre de miércoles a domingo, desde el mediodía. La hora de salida no es específica, dice Guidón. Eso dependerá de la hora a la que se vaya el último cliente.
Está ubicado cerca del cementerio del sector. Los productos son preparados por la misma propietaria que atiende a los clientes.
Consejos
Ninguno de estos sitios cuenta con parqueaderos, o con espacios para parquear. La opción, si va en automóvil, es estacionarse en el ingreso de Guápulo, por el Hotel Quito y bajar caminando por la vereda del empedrado.
Algunos restaurantes tienen un servicio de taxis de confianza los que lo pueden llevar hasta el estacionamiento.
Si va a estacionarse en la calle es recomendable que deje su vehículo pegado a la pared ya que la vía es doble y se producen trancones.
Aunque no existe guardianía privada, la calle está bien iluminada, por lo que caminar por ella no es peligroso.
Cada uno de los lugares tiene una característica propia. El ambiente, la comida o las bebidas varían en cada uno, así como también las tarifas.
De acuerdo a una regulación municipal en los bares de la zona ya no se puede atender hasta muy tarde. Esto es un acuerdo al que se llegó entre los comerciantes y los moradores.
Para llegar de sur a norte se ingresa por La Floresta y tomar la av. De los Conquistadores, dar la vuelta por la iglesia.
Si se llega por la González Suárez se debe ingresar por la esquina del Hotel Quito y bajar. En la segunda curva están ubicados los comercios.
El parqueadero que está ubicado cerca de la González Suárez sirve también como estacionamiento de estos cafés.