Los grandes espectáculos artísticos promueven políticas en el Municipio de Quito

Con ventas sobre los USD 3,8  millones, el show de Metallica convocó a más de 32 000 espectadores en el parque Bicentenario, el 18 de marzo. María isabel valarezo /  el comercio

Con ventas sobre los USD 3,8 millones, el show de Metallica convocó a más de 32 000 espectadores en el parque Bicentenario, el 18 de marzo. María isabel valarezo / el comercio

Los días en que afamados artistas internacionales recorrían Sudamérica dejando fuera de sus agendas al Ecuador han terminado. La escala que han hecho en los últimos años artistas como Shakira, Justin Bieber, Daddy Yankee, Jonas Brothers, Guns N' Roses, Aerosmith o Metallica confirman la hipótesis que sostienen varios ­profesionales y empresarios dedicados a la promoción de shows artísticos: Ecuador ya es parte del circuito de los grandes espectáculos.

Este tipo de shows ha dejado una serie de réditos culturales y económicos (el show de Metallica generó en venta de entradas más de USD 3,8 millones), pero también desafíos en espera de ser capitalizados por los sectores público y privado vinculados al 'show business'.

Pero el espectáculo debe continuar y la agenda de 'megaconciertos' continúa el 28 de abril, con la presentación de Paul McCartney en Quito. Un show que ha implicado una negociación de tres años, una inversión de USD 4 millones y que ha sido parte de un proceso que -según Diego Garrido, uno de los empresarios responsables del show- se viene gestando desde hace ocho años.

Él marca como referencia los dos conciertos que ofreció Shakira en Quito y en Guayaquil a finales del 2006, en el cierre de su tour Fijación Oral. Un tour que recorrió cuatro continentes y que tuvo más de 2,7 millones de espectadores. "Ese fue un punto de partida para tener otro nivel de artistas", dice Garrido refiriéndose al auge del show 'anglo' sobre el latino. A partir de entonces, los 'booking' o historial de eventos con los que negocian las empresas promotoras han crecido y se vuelven más atractivos para los artistas internacionales.

El interés y el contrato de este tipo de artistas depende, entre otras cosas, de su éxito comercial, del tipo de escenario, del número potencial de espectadores, del costo del artista, del costo de producción -que incluye contratos laborales, promoción, trámites e impuestos- e incluso de la estabilidad política y social de cada país.

[[OBJECT]]Respecto de los escenarios, los inversionistas coinciden en que hace falta mejorar la infraestructura. Luz Elena Coloma, gerenta de Quito Turismo, explica que una arena de espectáculos funcional, flexible y accesible se proyecta en el parque Bicentenario, donde -asegura- se seguirán realizando espectáculos masivos.

Además, entre el artista y el empresario hay un espectador que participa de estos eventos impulsado por sus gustos.

Un proyecto de Ordenanza que regula la realización de espectáculos públicos en Quito está listo para su aprobación en segundo debate. El concejal Fabricio Villamar explica que uno de los principios que persigue la norma es el de facilitar la gestión y garantizar la calidad de los espectáculos, a través de un sistema de corresponsabilidad entre el promotor, el espectador y el Gobierno local.

Se propone la creación de una ventanilla única en la que se gestione la mayor cantidad de trámites y permisos con la consecuente reducción de documentos y requisitos. También contempla el establecimiento de asientos numerados en cada escenario con el objetivo de implementar un sistema de venta de boletos en línea para evitar la especulación y falsificación de tiquetes. Además, se deberán cumplir estándares sobre la calidad del sonido, rangos de visión, normas de seguridad y convivencia.

Coloma asegura que aspectos como estos promueven una cultura de respeto que incluso se proyecta internacionalmente. "Que McCartney haga turismo en Ecuador y hable de ello beneficia a la ciudad y al país".

José Rephani, de Team Producciones, calcula que ahora el país está en capacidad de cubrir al menos el 65% de los requerimientos técnicos para un show de gran envergadura. Pero advierte que deben ser especialistas certificados los que definan los parámetros técnicos que propone la Ordenanza.

El empresario ve como un acierto los incentivos tributarios que exoneran de impuestos municipales a los espectáculos en vivo de artistas nacionales y extranjeros. Pero si bien esto motiva la realización de espectáculos públicos, Gisella Heredia, de TopShows, explica que una posible sobreoferta de eventos puede convertirse en una desventaja e incrementar el riesgo de inversión entre los promotores. En ese caso, la anticipada reserva de escenarios y de la promoción son las estrategias.

Entre retos y experiencias, los expertos consultados coinciden en que el país está en posibilidad de mantenerse dentro del calendario de los grandes artistas internacionales, con algunos de los cuales ya se negocian futuros shows.

En contexto

  • El anticipo del Impuesto a la Renta por espectáculos públicos pasó de USD 98 386 en el 2010 a USD 350 694 en el 2013.
  • Una reforma al Código de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización exoneró de impuestos a los shows en vivo de artistas.

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