Fotógrafos capturan la esencia del rock

Juan Pablo Viteri Fotógrafo y director del área audiovisual en Radio Cocoa. Trabajó con bandas como Curare. Foto: Cortesía.

Juan Pablo Viteri Fotógrafo y director del área audiovisual en Radio Cocoa. Trabajó con bandas como Curare. Foto: Cortesía.

Juan Pablo Viteri Fotógrafo y director del área audiovisual en Radio Cocoa. Trabajó con bandas como Curare. Foto: Cortesía.

Charles Peterson tuvo acceso a fotografiar los conciertos de la escena grunge de Seattle, entre los 80 y 90. Su cámara pudo retratar las primeras imágenes de los conciertos de Nirvana. Brad Elterman vinculó su trabajo fotográfico a captar el estilo de vida del rock n’ roll de los 70 obteniendo imágenes íntimas de Joan Jett en su auge junto a The Runaways. Annie Leibovitz se acercó a personajes musicales con una imagen histórica de John Lennon desnudo abrazando a Yoko Ono para la portada de la popular revista estadounidense Rolling Stone.

En un momento donde la imagen prima y cualquier persona puede contar con una cámara, hay quienes entrenan su ojo fotográfico a través de la música. En un espectro tan amplio de géneros, hay quienes encuentran en el rock un estallido de creatividad. Para Juan Pablo Viteri, fotógrafo y docente, fotografiar la música y quienes forman parte de ella permite desarrollar la libertad artística que ofrece la fotografía porque “no son espacios herméticos ni redes establecidas sino que se valora lo que se puede aportar”.

Con esto coincide la fotógrafa Cristina Freire, quien empezó a registrar las bandas ecuatorianas independientes desde el 2009. Su primer encuentro fue con Descomunal, una sesión en la que se identificó con “la libertad creativa y el poder mostrar esa esencia de un roquero en imágenes”.

El trabajo de Viteri se ha desenvuelto más que nada sobre escenarios, “es lo que me interesa, me encanta el encuentro en vivo”, dice el fotógrafo, quien ha colaborado, en especial, en los eventos del colectivo Alarma. Quienes desde el 2008 producen conciertos de hardcore, entre otros géneros.

Las giras y los espacios íntimos de las bandas han sido, en cambio, el material de David Arroyo y Mateo Barriga, fotógrafos de Estudiomorrón.

Con la desaparecida banda Biorn Borg lograron establecer una dinámica de trabajo acompañándolos en sus giras por Ecuador e incluso a grabar un disco en EE.UU. “Tener acceso a esa intimidad de estar con la banda antes, en las pruebas de sonido, camerinos o en los ensayos te da toda una rama para conocer hasta quiénes son las personas que te interesan fotográficamente. Porque siempre en una agrupación sabes quién es más reservado, quién se expresa con el cuerpo en la música, de manera que es atractivo para uno como espectador”, explica Barriga.

Los fotógrafos coinciden en la importancia de conocer a los personajes cuando se trata de plasmar a los músicos en imagen. Según Barriga, entablar lazos de amistad ha permitido que sus fotografías sean más fieles a los hechos.

Arroyo comenta que “llegar a ese nivel de intimidad es la parte más bonita para nosotros. Porque se profundiza en la relación y se rompe la barrera que hay con la cámara”.

Pero se requiere de entablar una conexión con la música también. Para Freire se debe entender cómo es el ‘look’ característico de la banda y rescatar eso en la fotografía. “Si no los conoces o no los has oído, la imagen no va a mostrar quiénes son en realidad”.

Una escena musical en movimiento permite que las fotografías formen parte de dos ámbitos: el histórico y el artístico. El primero se refiere a un registro que se da con el seguimiento a una agrupación independiente de rock y los ambientes en los que se desenvuelve. Para Freire, las fotos adquieren fuerza al pasar los años, viendo la evolución de la música y las bandas.

El segundo -para Viteri- tiene relación con mostrar las imágenes de forma estética, que comuniquen la intensidad que se está viviendo en esos espacios.

Tomando en cuenta el estilo de la banda, no se debe olvidar jamás de la marca personal de cada fotógrafo. Según Viteri, el secreto está en “traducir en imágenes lo que la banda comunica con sonido”.

El espacio de exposición de estas imágenes es reducido si se trata de publicaciones. Por lo que los músicos utilizan sus redes sociales para dar a conocer tanto a fotógrafos como a las imágenes que han sacado de su aporte a la escena.

Por ello, para ninguno de los entrevistados, esta especialización es un campo que genere dinero. Arroyo manifiesta que “hacer fotos de música es más un recurso expresivo que algo que nos va a dar de comer”.

“Cuando haces música o fotos de ella son muchas las motivaciones que van antes que lo comercial”, concluye Viteri.

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