El espía Roy Miller cuida una batería extremadamente potente y al joven genio que la inventó. Traidores y traficantes de armas también van a por ella. En tanto, el espía se choca (literalmente) con una hermosa chica. La acción de ‘Encuentro explosivo’ se dispara.
O sea: espía protege tesoro, escapa de villanos y envuelve a mujer atractiva e inocente. La historia repite los hechos de cualquier otra película de espionaje. A ello, esta cinta aumenta situaciones cómicas, que además de mostrarla como una parodia sobre estos filmes, presenta su objetivo de ser leída no desde la verosimilitud sino desde la pura diversión.Los disparos, las persecuciones y los espacios donde se desarrolla la cinta, así como el dispositivo añorado por los villanos y protegido por el héroe y la chica, construyen la excusa perfecta para contar el nacimiento del romance entre la pareja protagonista. Es decir, lo que rodea al espionaje arma un ‘mcguffin’ (elementos sin mayor relevancia para encender la trama), para un relato de amor.
Para reforzar el entretenimiento los personajes viajan. La cámara rueda secuencias en Boston, en un islote tropical, en Salzburgo y en Sevilla, donde la acción se desarrolla en plena fiesta de San Fermín, con toros corriendo por sus históricas calles (pero, ¿los encierros no son en Pamplona?).
Si bien la química entre Tom Cruise (con su habitual sonrisa) y Cameron Díaz queda pendiente, la selección de los actores es un acierto en el filme, pues entre ambos logran conjugar acción y carisma con comedia e ingenuidad.